Pertenece a la generación emergente de escritores mexicanos, y para él queda claro que “el rescate de lo humano en una circunstancia inhumana es fundamental en el trabajo de un escritor de ficción».

Acostumbrados a saber del día a día de los ejecutados, las noticias pasan sin más. No obstante, el giro mediático de “los malos” en esta película fue avasallador: La presentación del video donde interrogan a Mario González.

Fast Car era una advertencia, un frénale para ver el paisaje, porque la velocidad embriaga, y preferíamos bailarla suavecito con luces soft tone.

Mucho se dice que la experiencia de reunificación de Alemania sería buen ejemplo para los mexicanos, sin embrago, cuando revisité “¡Adiós a Lenin!”, caí en cuenta que las buenas intenciones requieren actos congruentes.

Más allá de posturas maniqueas, mantener la tranquilidad social, el combate a la delincuencia, demanda sujetos tan torvos al lado de la ley como al margen de ésta. Así, surgen antihéroes admirables.

Orgullo. Es la palabra que brota al mirar los alrededores, las cúspides del poder en Yucatán: los principales puestos donde se ostenta, los tienen mujeres. Recordemos a Golda Meir, Indira Gahndi, Margaret Tatcher…