“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.” Séneca.

Por José Luis Preciado.

La gobernadora Ivonne Ortega no siente lo duro sino lo tupido y es que has sido ella sola quien sale a todas, tratando de quitarse de encima los golpes que, incluso, internamente le propinan desde la tribuna nacional, el famoso “regalo” de las siete camionetas Escape, una para cada diputado federal se convirtió así de simple en el mayor escándalo político -superior a Jaime Zetina y los rounds de sombra propinados a su mujer y que ella ha preferido negociar-. Casi apostaría es fuego amigo: mis razones.

-Es de kínder comprar paquetes de camionetas o de regalos de lujo solo por el precio, ellos –los diputados- saben que están bajo la lupa y que su gobierno estatal está quebrado, lógico es pensar que no hay recursos para tales desfiguros, así se trate de recursos personales.

-El haber puesto del domicilio fiscal de la casa del gobierno de Yucatán, para oír y recibir, dirección que servirá para la tenencia y placas en el DF. Perdón pero es elemental saber que iba a saltar el golpe político, por algún lado, se trata de un gol para el representante del gobierno estatal Ismael Peraza, aquí cabe la frase “no hagas cosas buenas que parezcan malas”, porque al final será difícil mostrar lo contrario.

-Para la opinión pública que sigue de cerca el actuar del gobierno estatal, desde las apuestas con los otros gobernadores, el bonito reloj al conductor Ernesto Laguardia de Televisa, y ahora esto que se publicó en el financiero el jueves pasado, comienza a indicar ciertas incoherencias conductuales del gobierno estatal en medio de la petición del préstamo de Mil 870 millones de pesos.

¿Por qué el fuego amigo?

¿Ineptitud del equipo de asesores?, ¿Sobreexposición mediática nacional de la gobernadora? O tal vez gente de su equipo que quiere dañar la imagen de los diputados federales con este tango que de veras mucho les puede afectar en sus aspiraciones políticas, suena catastrófico, pero es así, porque no se puede aspirar al lujo, mientras la gran mayoría  carece de lo indispensable, eso pasa con los curas y con los políticos y en general con todos aquellos que sueñan con la representatividad popular. Ellos saben muy bien eso, por ello me extraña el tamaño de la torpeza.  De esto no se puede culpar al PAN, quien sólo recoge piedras en el camino y las avienta hacia arriba, que al final a ellos también les caen encima…