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Odas y lamentosEl paso del pepino de mar en Dzilam de Bravo

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Odas y lamentosEl paso del pepino de mar en Dzilam de Bravo

Por Ana Laura Preciado

En los mares del mundo, el pepino de mar ha sido durante siglos un manjar venerado, especialmente en países asiáticos como Japón y China. La versatilidad culinaria y textura única de este exótico invertebrado han deleitado paladares y estimulado economías; sin embargo, este gusto cobró un precio alto para algunos pueblos pesqueros, tal como lo fue para la pequeña localidad de Dzilam de Bravo.

Antes del auge del pepino de mar, que inició alrededor del año 2012, Dzilam de Bravo mantenía una economía tranquila centrada en la pesca, actividad fundamental que garantizaba estabilidad en la región. Sin embargo, la llegada de noticias sobre la abundancia de grandes bancos de pepino de mar cambió el rumbo de la comunidad.

La fiebre por estos organismos marinos llevó a Dzilam de Bravo a sumarse a una dinámica fuera de lo ordinario: una extracción descontrolada en la cual la gente se dedicaba a alquilar lanchas y contratando buzos para aprovechar la nueva riqueza marina. Curiosamente, aunque el pepino de mar se convirtió en una fuente de ingresos significativa, no logró integrarse en las costumbres alimentarias locales.

Don Celiano, pescador dzilameño de 78 años, relató que, a pesar de los esfuerzos dedicados a la pesca del pepino de mar, la población local no lo consume debido a la falta de conocimiento culinario. La incompatibilidad de las técnicas locales con la preparación asiática, según relató una amistad china de Celiano, dificulta su consumo en Dzilam de Bravo.

Antes de la euforia por el pepino, los pescadores -desacostumbrados a comerlo- lo dejaban en libertad pensando que su cuerpo liberaba algún tipo de ácido: No estábamos acostumbrados a comerlo, manifestó Celiano. El intento de introducir el pepino de mar para impulsar la economía y la dinámica social no fue exitoso en términos gastronómicos; y aunque inicialmente generó ingresos significativos, la sobreexplotación y falta de regulación llevaron al declive económico y social de Dzilam de Bravo.

La bonanza económica atrajo a personas de otras regiones, generando tensiones en la comunidad, y la falta de supervisión adecuada permitió la infiltración de la corrupción en la gestión de los recursos marinos, resultando en la degradación del entorno marino y la pérdida de biodiversidad.

Hoy en día, Dzilam de Bravo enfrenta las consecuencias de aquel boom económico descontrolado. La falta de planificación y supervisión ha dejado al pueblo lidiando con un entorno marino empobrecido y afectado, sin que el mar logre recuperarse de las rapiñas sufridas.

El arraigado arte de no querer consumir el pepino de mar

Desde una perspectiva científica, la comida va más allá de la nutrición; es un componente central de la socialización y la identidad cultural. En el caso del pepino de mar en Dzilam de Bravo, la resistencia a su consumo no sólo se debe a la falta de habilidades culinarias, sino también a la arraigada cultura alimentaria local.

Estudios científicos sugieren que la adquisición de hábitos alimentarios está profundamente ligada al entorno social y cultural. En comunidades donde la comida actúa como un vínculo social, la introducción de nuevos alimentos puede enfrentar resistencia si no se alinea con las prácticas alimentarias establecidas.

Además, la investigación destaca la importancia de la educación alimentaria para fomentar una dieta sostenible y equilibrada. La falta de conocimiento sobre cómo preparar y disfrutar el pepino de mar en Dzilam de Bravo resalta la importancia de impulsar programas educativos que promuevan la diversidad alimentaria y las prácticas culinarias sostenibles para el sano aprovechamiento de los recursos.

En última instancia, la historia del pepino de mar en Dzilam de Bravo exhibe la compleja interconexión entre la comida, la economía y la comunidad, subrayando la importancia de abordar estos aspectos de manera equilibrada y sostenible para preservar tanto la riqueza marina como el tejido social de una comunidad.

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