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La fiesta del pavo

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La fiesta del pavo

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Por José Luis Preciado

A los políticos les gusta asustar, siempre nos ponen al borde de precipicio y allí extienden la mano y salvan a la nación, esa historia se repite sobre todo cada fin de año. Discuten como perros y se ponen de acuerdo como hermanos, la jugada tantas veces repetida les sale muy bien, los ciudadanos pagamos sus acuerdos con reformas hechas a modo para favorecer a los grandes lobbies o grupos políticos que mandan en este país. Una de estas reformas es la fiscal, a la que los legisladores han tirado tierra para que no nos demos cuenta de los graves alcances que tendrá, entre deducibles y mayores cargas el 2014 apunta letal para el pequeño y mediano empresario, hacer negocios en este país nunca será tan difícil como el próximo año.

En Radio Fórmula recibo todos los días llamadas de ciudadanos preocupados por la facturación electrónica, piden mayor información sobre el tema, se trata de carpinteros, electricistas, plomeros, tenderos, restauranteros y demás jugadores de ligas menores –por cierto los que sostienen la economía de este país y sus familias–, ellos están preocupados –deben estarlo– han pasado de ciudadanos intachables a ciudadanos delincuentes, están asustados por el tamaño del compromiso y la complicación administrativa que se les viene encima, tal es el susto que la Cámara de Comercio de Mérida promete talleres para capear el huracán que viene, el mismo SAT no quiere meternos miedo, pero aseguran que ahora estarán de socios en todos los negocios, a este paso llegará el día en que nosotros los pequeños contribuyentes les entreguemos la llave del negocio y les digamos, “ya no puedo más, allí te dejo el changarro, yo me voy a suicidar” y ellos te responderán “no tienes ningún derecho a quitarte la vida, la vida que tienes esta amarrada al SAT”. Ese diálogo ya lo he escuchado antes.

Perdón por amargarle la fiesta, esa nos es mi intención –dado que soy parte de este grupo de preocupados por el año que viene–, pero no tengo la culpa de que en este país existan legisladores que aprueben todo y luego como si nada… pasen a brindar por los pobres en la próximo Navidad.

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