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Recuerdan con cariño a Juan Gabriel

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Recuerdan con cariño a Juan Gabriel

A un año de su partida

A un año de su muerte, ocurrida el 28 de agosto de 2016, Juan Gabriel es recordado en Yucatán por sus seguidores con mucho cariño, pues el Divo de Juárez siempre tuvo especial distinción por el público yucateco y así lo demostró en sus múltiples presentaciones.
A diferencia de otros artistas de gran fama, Juan Gabriel jamás dejó mal a su público ni argumentó sentirse enfermo o dio algún otro pretexto para no salir al escenario. Por el contrario, cada vez que se presentaba no sólo era garantía de un lleno total, sino de varias horas de canciones que emocionaban a todos sin parar.

juan-gabriel-001Sólo en dos ocasiones no se pudo concretar uno de sus conciertos, el que anunció la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco para el 21 de diciembre de 2011 en la zona arqueológica de Chichén Itzá, debido a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia negó los permisos con el argumento de que se podría dañar el sitio con un evento de este tipo.

Y la segunda vez que no pudo venir fue en el 2002 al Palenque de X´Matkuil debido a que en ese momento él enfrentaba cuestiones legales con el fisco, lo que le impidió venir.

Por lo que toca a aquel concierto fallido en Chichén Itzá, éste fue anunciado por Ortega Pacheco durante uno de sus informes de gobierno en la zona arqueológica de Dzibilchaltún, acto político en el que estuvo presente el Divo de Juárez.
De hecho, ese día, concluido el informe de la mandataria, el cronista y otros reporteros se acercaron a Juan Gabriel para preguntarle qué significaba para él presentarse en un escenario como el de Chichén Itzá.

“Tengo que pedir permiso a los aluxes, que no se me pasen para que no vaya a cometer un error y también a las tradiciones de aquí, tengo que respetarlas y adaptarme a ellas con mucho respeto y amor”, respondió aquel día, pero finalmente jamás se pudo dar la ocasión.
No obstante, eso no fue impedimento para que Juan Gabriel viniera seguido a cantar a Mérida. De las pocas veces que habló con la prensa yucateca, el cronista lo recuerda como un ser humano atento, agradable, afable, sin poses. Eso sí, siempre pedía que las preguntas fueran sobre su vida en los escenarios, sus discos, sus presentaciones y sus éxitos, jamás permitió una sola pregunta de su vida privada.
Varios empresarios que lo contrataron para venir a cantar a Mérida, sobre todo al palenque de la Feria Yucatán en X´Matkuil recuerdan que las ganancias estaban garantizadas, porque los conciertos eran seguros, con llenos totales de gente entregada a él y a sus canciones.
El cronista cubrió presentaciones de Juan Gabriel en el Palenque de X´Matkuil en los años de 1999, 2000, 2003 y en el 2004. También se presentó en el palenque en el 2007, pero aquella no fue cubierta por el cronista. En esa ocasión el Divo de Juárez bailó jarana, recitó “bombas” y cantó piezas de Armando Manzanero.
De hecho, su presencia en el Palenque de la Feria no sólo era noticia, sino también los tumultos que provocaba en la gente que no alcanzaba boleto para entrar a verlo. Más de una vez fue necesario que los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública reforzaran su presencia en el recinto ferial para controlar a la multitud que reclamaba que tenía boleto pero que no la dejaban pasar.
Una de sus presentaciones muy recordadas fue la que hizo la noche del 15 de septiembre de 2010, en el Grito del Bicentenario que Ortega Pacheco dio en el Paseo de Montejo con el Monumento a la Patria de fondo.
Fueron miles los yucatecos que acudieron a dar el Grito y a ver a Juan Gabriel por más de dos horas, tiempo en el que puso a cantar y a bailar al público, a políticos, dirigentes empresariales, “guaruras” y hasta a los policías.
Su última actuación en Mérida fue el 20 de febrero del año pasado en el Coliseo Yucatán ante 10 mil personas. El Divo de Juárez engalanó el segundo aniversario de ese recinto con una soberbia actuación de tres horas ante diez mil personas, la mejor asistencia que los empresarios admitieron haber tenido en ese centro de espectáculos desde que se inauguró.
De las 10 de la noche a la una de la mañana no paró de interpretar sus grandes éxitos. Esa noche, como cada vez que venía, cantó, bailó, gritó, se emocionó hasta el paroxismo, entregado a su público al que siempre solía preguntar: “¿Van a querer otra?”. Y el respetable exigía: “¡Oooootraaaaa!”. Y él respondía: “¡Bueno, pues, que nos amanezca!”.
Durante toda su trayectoria fueron muchas las presentaciones que “El Divo de Juárez” hizo en territorio yucateco, en sedes como el Polifórum Zamná y el Parque Kukulcán. En todas ellas, Juan Gabriel no era de hablar. Acaso saludaba y a lo que venía, a cantar, a entregarse, y lo hacía por horas y horas. A diferencia de muchos otros artistas que, aunque consagrados, optan por medir sus tiempos, a Juan Gabriel era lo que menos le importaba.

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