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Yucatán, de los más pobres

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Yucatán, de los más pobres

República de las Bananas

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Por Eduardo Lliteras Sentíes

Yucatán, con algunos de los municipios más pobres del país y del mundo, equiparables a la miseria del África subsahariana tiene ahora una Fundación del Empresariado Yucateco A.C. (FEYAC por sus siglas) que se dedicaría, según se ha dicho, a combatir esta lacra histórica que gobierno tras gobierno sigue atenazando a la mitad, por lo menos, de la población del Estado.

En efecto. Según los últimos datos dados a conocer por el Coneval (cuyos cálculos en realidad rasuran la miseria en el país) entre 2008 y 2010, 50 mil yucatecos cayeron en la pobreza. Estos 50 mil yucatecos se añadieron a casi la mitad de la población del Estado que se encuentra en esa misma situación (47.9% del total). Una cifra impresionante, por lo que la FEYAC y el Gobierno del Estado hacen bien en unir esfuerzos ante la magnitud del reto que tienen por delante, ya que no es sólo cuestión de buenos sentimientos sino obligación de quienes gobiernan y condición sine qua non para que Yucatán pueda mejorar sus condiciones de vida, salir del cuarto mundo y evitar caer en la espiral de violencia y guerra que barre al país. Máxime, si tomamos en cuenta que las políticas nacionales en materia de salarios y empleos tienden a generar, cada día más, una mayor concentración del ingreso en el país y a depauperar a cada vez a  más mexicanos.

Cabe recordar que según el Coneval otros 35 mil yucatecos entraron a formar parte del grupo considerado en pobreza extrema en Yucatán. Es decir, hablamos de los pobres entre los pobres, grupo que ya sumaba unas 156 mil personas.

Estamos hablando que aproximadamente uno de cada diez yucatecos está en una situación en la que carecen de casi todo. A eso hay que sumarle que Yucatán tiene una tasa más alta de analfabetismo en el país que llega al 10.9 por ciento, respecto a una media nacional, que es de 8.4 por ciento.

La pobreza es fruto no sólo de inercias históricas, culturales, sino consecuencia de políticas económicas, educativas, de servicios, que mantienen en la marginación, a sectores enteros de la población.

Para romper dicho círculo vicioso hace falta repensar el modelo económico. No cabe duda. Pero también replantearse el esquema de dádivas de los programas federales que en realidad se han convertido en programas clientelares electoreros, cuya eficacia es cuestionable ya que la pobreza ha crecido en todo el país durante el último sexenio.

La ventaja competitiva que el Tratado de Libre Comercio impuso al país (y que la clase política sigue favoreciendo) es en base a los bajos salarios y al abaratamiento de los despidos y contrataciones.

Precisamente esta asimetría en la relación México-Estado Unidos, que subyuga a la clase trabajadora, convirtiéndola en mano de obra barata a ambos lados del Bravo, fue inmortalizada por David Alfaro Siqueiros hace 80 años en su mural “América Tropical”.

Siqueiros vio una América oprimida por Estados Unidos que luchaba y lucha por su libertad. Precisamente su mural fue cubierto con pintura y brea por la censura anti comunista de la época que vio en las imágenes del artista mexicano en ese entonces exiliado en Los Ángeles, un cuestionamiento intolerable al progreso de la América para los americanos (es decir, para los estadounidenses). En el cuadro en cuestión se ven casi completos dos combatientes, uno mexicano y el otro peruano, que apuntan sus armas contra un águila imperial estadounidense que abre sus alas sobre dos cruces invertidas. Bajo dicha águila está crucificado un indígena semidesnudo. Esa imagen le resultó intolerable al macartismo estadounidense de la época.

Hoy, para combatir la pobreza en Yucatán en el país, son importantes las organizaciones como la FEYAC, pero es necesario replantear el modelo económico.

www.infolliteras.com

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