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Un vasto ¡Ya basta!

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Un vasto ¡Ya basta!

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Por Alejandro Pulido Cayón

 

Mérida, Yucatán, a 18 de abril de 2011.- Peras o manzanas, ¡qué más da! En estos precisos momentos hay levantones, encajuelados por descubrir, fabricantes de culpables que organizan expedientes y declaraciones. La violencia continúa, imparable. El aguijonazo a las conciencias por el asesinato del Juan Francisco Sicilia, aún surte efecto en algunos.

Aunque disminuida, la inercia generada postra a cada quien en su trinchera, desde donde se puede ser útil a la paz. El “ya basta” presidencial, es mera réplica inconsistente al “ya basta” ciudadano, muy diferente, eso sí, al “ya basta” de los políticos.

Humberto Moreira Valdés, presidente nacional del PRI, usó peras y manzanas para explicar su “ya basta” (claro, en respuesta al ocupante en turno de Los Pinos). “¿Sabía usted que en el 100 por ciento de localidades del país, en el 45 por ciento existen cantinas y solamente en el 13 por ciento existen preparatorias? ¿Sabía usted que del 100 por ciento de localidades, en el 45 por ciento existen cantinas y solamente en el 15.9 existen bibliotecas? ¿O en el 100 por ciento de localidades, en el 45 existen cantinas y en 3.5 casas de la cultura?”, apuntó el matemático dirigente.

¡Bravo profesor Moreira! ¡Bravo! Ahora explíquele eso mismo a quienes dirigen los destinos culturales de Yucatán. Las proporciones estadísticas son casi las mismas que a nivel nacional, acaso más duras, puesto que en los 106 municipios la relación de cantinas con respecto a centro culturales es superior al 20 a uno, o más. Eso sin hablar de la disfuncionalidad de muchas bibliotecas con acervos antiquísimos y sin acceso a internet. Y de recursos “extraviados” para la construcción de infraestructura cultural.

Llama la atención que en el presupuesto autorizado para 2010, específicamente en el Anexo 26 F (publicado en el DOF el 09 de diciembre de 2009), se indica que a los municipios yucatecos de Samahil, Suma de Hidalgo, Tixmehuac y Tunkás, les autorizaron recursos por la cantidad de dos millones 407 mil pesos para la construcción de Casas de la Cultura; además, se debieron haber ejercido por parte del Estado, a través del ICY, otros cinco millones de pesos para “proyectos estratégicos” y 10 millones de pesos más para el Teatro de Progreso. ¿Dónde están esas obras? ¿Cuándo se recibieron esos dineros? ¿Quién los ejerció? Porque algo es cierto: en esos municipios no hay Casas de la Cultura remodeladas o construidas, y en Progreso hasta la fecha no se ha edificado ningún teatro. Existieron los recursos para ello, al menos en el papel ¿o no?

Quizás el “ya basta” ciudadano también debería elevarse para aclarar esas –por decir lo menos- discordancias entre lo publicado en el Diario Oficial de la Federación y la realidad de las obras. La prevención del delito empieza con el acercamiento de la juventud a la educación, las artes y la cultura, como también perogrullescamente lo apuntó Moreira Valdés en su “ya basta” a Felipe Calderón.

Sucede que el año pasado, Conaculta transfirió recursos por el orden de los 30 millones de pesos al ICY, según copia de los convenios firmados CNCA/DGVC/CCOORD/00250/10 y CNCA/DGVC/CCOORD/00251/10, y para el actual ejercicio dicen que no hay dinero; pero eso sí: a través de Brozo el payaso tenebroso, nos enteramos que a falta de presupuesto para arte y cultura,  la Secretaría de Seguridad Pública estatal iba a montarse en un programa “innovador” con el ICY para prevenir la delincuencia fortaleciendo la “identidad”. Ajá.

¿Qué pasó con las autoridades culturales y sus gestiones ante la federación? ¿Qué tal cuadraron las cuentas del Centenario y Bicentenario, así como de los programas autorizados en 2010? ¿Firmaron nuevos convenios para recibir recursos vía Conaculta? ¿La federación negó recursos a Yucatán en ese rubro? Nadie sabe, nadie informa.

Puntual se recordó en otro escrito que la cacareada paz yucateca procede de acuerdos y pactos de libre tránsito para estupefacientes. Prueba de ello fue el decomiso en Quintana Roo de una tonelada de marihuana, que pasó campante desde Veracruz por varios retenes, incluso los de Yucatán. Otra muestra de la capacidad de producción de drogas en la entidad, fue la incautación de 330 kilos de esa hierba en un rancho de Sur del Estado, y los que faltan. Fuentes judiciales lo han confirmado: mientras se contenga la violencia, aquí sólo se persigue a narcomenudistas. Digo que “ya basta” a esos encubrimientos y que la SSP se dedique a sus tareas y el subsector arte y cultura a las suyas.

Va de nuevo: “haiga sido como haiga sido” que se consiguió la tranquilidad en Yucatán, corresponde a los ciudadanos, a su inteligencia, a sus artistas y creadores, aprovechar la circunstancia para organizarse y enseñarle a las autoridades –con peras y manzanas, si se quiere-, que asuman con rectitud su encomienda, que aparezcan esas Casas de la Cultura ya presupuestadas y autorizadas. Digo, yo nomás digo: es tan vasto y complejo el problema que no podemos dejarlo en manos de los políticos.

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