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Ermilo Abreu Gómez, profeta de la reconciliación

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Ermilo Abreu Gómez, profeta de la reconciliación

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Discurso pronunciado el 18 de septiembre de 2012 frente al busto del insigne escritor yucateco, durante el homenaje organizado por la SECAY por los 118 años de su natalicio

Por Virginia Carrillo.

¿Quién ha sido EAG? El escritor y su contrafigura

18 de septiembre de 1894. A 118 años de distancia nos queda el natalicio de la figura más alta de nuestras letras, hoy, en el Año de la Cultura Maya. Don Ermilo Abreu Gómez, ha sido y es imagen totémica de la literatura y la cultura yucatecas, como alguien señalara al hablar de nuestro paso a la modernidad.

¿Desde dónde pronunciarse sobre el autor de la obra que retrata con mayor agudeza nuestra identidad? ¿Dónde colocarse para que la mirada abarque y comprenda el valor de su complejo legado? Este entretejido de ideas que compartimos en torno a la memoria que nos habita cuando el paso del sujeto histórico ha concluido, es sólo un sencillo ramillete que simbólicamente venimos a ofrecer esta mañana al recuerdo de quien ha sido el profeta de nuestra reconciliación.

Se trata de un yucateco universal como dijo Jaime Torres Bodet; es el emblemático escritor de la tierra del faisán y del venado, escenario que pintara Antonio Mediz Bolio 20 años antes de que irrumpiera perfilada en el libro de Abreu Gómez, la sólida presencia de Canek.

En la escritura de don Ermilo corren con fuerza de sangre las esencias del maya, del blanco y en su fusión la del mestizo. Por eso la suya, es la voz profética, la voz que anuncia una nueva forma de encuentro entre el nativo maya y el blanco colonizador. La voz que ha querido recuperar la dignidad de ser llamado y llamarse indio. Escuchemos cómo en su palabra, de sublimes figuras retóricas, se materializa la estampa:

“Canek dijo:

-El futuro de estas tierras depende de la unión de aquello que está dormido en nuestras manos y de aquello que está despierto en las de ellos. Mira a ese niño: tiene sangre india y cara española. Míralo bien: fíjate que habla maya y escribe castellano. En él viven las voces que se dicen y las palabras que se escriben. No es ni de la tierra ni del viento. En él, la razón y el sentimiento se trenzan. No es de abajo ni de arriba. Está donde debe estar. Es como el eco que funde con nuevo nombre, en la altura del espíritu, las voces que se dicen y las voces que se callan.”

El etéreo niño Guy que despertó al morirse y que habita arrinconado en el pozo profundo de nuestro corazón, a cuya brocal el pueblo maya se asoma, espera inquieto el momento de ese abrazo reconciliador.

Como el mismo Abreu Gómez nos lo compartiera en la explicación que precede al texto de Canek, el niño Guy es su contrafigura, el niño Guy es Uno y es el Otro, el niño Guy es el espejo donde Canek se refleja y reconoce su propio rostro.

Dueño y custodio de la lengua y la palabra

Ante todo Abreu Gómez fue dueño y custodio de la palabra. La palabra que al nombrar hace que existan las cosas del mundo. Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, contemporáneo y escritor respetado por las más grandes presencias de la literatura mexicana e hispanoamericana, fue un autor cuya disciplina puesta al cuidado de su producción literaria, se constata en las revisiones que en cada edición de Canek editada en vida suya, resultaron en diversas variaciones al texto.

De su dedicada pluma surgieron también publicaciones como La Xtabay, El corcovado, Leyendas y Consejas del Antiguo Yucatán, Héroes Mayas, La conjura de Xinum, Naufragio de indios, entre muchos otros. Hasta el fénix de América, Sor Juana Inés de la Cruz, tuvo que esperar más de dos siglos a que la sensibilidad y altura intelectual de don Ermilo llegara para sacarla del olvido en que fue puesta por la noche de los tiempos.

En la escritura de Abreu Gómez se cruzan la historia, las costumbres, retratos propios tomados en diferentes momentos de nuestro existir y expresados en una finísima prosa poética.

Entonces, hechos de palabras y de luces pero también de sombras y silencios, Guy y Canek, son la herencia que en nuestras manos está llamada a cumplir con la justicia para poder, algún día, convivir en armonía e igualdad.

Canek: Alegoría del pueblo maya

Esa idea de la justicia es revelada en la creación de Abreu Gómez a modo de alegoría, porque Canek es alegoría del pueblo maya. Nombre polisémico, que resulta a la vez en recreación histórica y símbolo. Es Caan Ek, estrella del cielo y sabiduría; pero también Can Ek, en referencia a los cuatro puntos cardinales de gran valor para la civilización maya; y Can Eek, serpiente negra relativa por su significación interna, al valor y la fuerza del personaje.

Y alrededor de la gran alegoría que se aglutina en la figura de Canek, se entretejen otras imágenes que dan cuenta del mundo compartido por blancos, indios y mestizos, que de tanto estar cerca se han fundido en un solo espíritu. En su lectura podemos sentir el latido tibio de una tortolita entre las manos, la bondad del agua serenada por los luceros, y ver a Kukulcán adelantarse a la llegada del dios Chaac… Así, con el poder que tiene la palabra de darle existencia al mundo se origina la pregunta ¿dónde hemos escondido a nuestros dioses? ¿Cuáles son las palabras del pueblo maya que todavía no tienen nombre?

Porque “Canek dijo –Es verdad: la palabra nació por sí misma dentro de lo oscuro. (…) Cuando vino la palabra, no vino sola; vino acompañada de su eco derramado en el espacio de la tierra. Y la palabra y su eco crearon todas las cosas: desde las cosas mínimas de aquí abajo hasta las cosas infinitas de allá arriba.”

En esta cosmogonía de lo maya que da sentido a nuestra yucatequidad, Canek es el Cristo indio que dice y nombra y en cuyo cuerpo escuecen todas las heridas del tiempo, calendario doloroso de nuestro Ser contradictorio. Estrella y serpiente, Canek habita callado y quieto, en el interior del alma de nuestra tierra.

Herencia para nuestros días

Así lo explicó el autor: “Canek, bueno o malo, es el libro que mejor refleja mi dolor por el dolor de los humildes, de los indios de mi tierra. Si su lectura aviva la conciencia del hombre frente a la justicia, me tendré por satisfecho”. (EAG).

Por eso en Canek y Canek lo dijo, cuando el decir es el acto dador de vida: que “-En la fe el espíritu descansa; en la razón vive; en el amor goza; en el dolor adquiere conciencia.”

Aquí estamos don Ermilo en un día como el de tu nacimiento, invocando tu palabra porque necesitamos hoy más que nunca, que en nuestro espíritu brote por fin la semilla de la reconciliación… aquí frente a tu memoria, invocamos tu presencia y a nuestro costado, un poco atrás, se asoma impertérrito el niño Guy con su mirada de agua llena de luz de los luceros de siglos y Canek, estrella y serpiente en la palabra y en el silencio.

Somos prolongación y existencia infinitamente repetida de ellos: somos Guy y Canek, el uno que no existe sino en el reflejo del otro, el Yucatán abrazado que sólo Es en la convivencia fraterna de los dos.

Así apareceremos en el mapa de este México hoy tan profundamente herido, reconociéndonos en el rostro de su dolor, el de antes y el de ahora, aquel que de tanto estar se volvió invisible y aquel que nos lacera el alma todos los días, en el México que nos habita con su contradicción y su ternura, sepamos los yucatecos que somos recreación de las miradas dulces de Guy y de Canek para colaborar con que nuestra patria vuelta del extravío, palpite tranquila en la reconciliación de todas sus sangres.

Miramos desde el pozo profundo y oscuro las lejanas estrellas, pero entre nosotros y ellas, la escritura de don Ermilo Abreu Gómez, el profeta y la palabra, la armonía y la luz. Muchas gracias. –VCR, Mérida, Yucatán, septiembre de 2012.

Referencias

Abreu Gómez, E. (2008). Canek. Mérida, Yucatán: Biblioteca Básica de Yucatán, SEGEY.

Abreu Gómez, E. (1985). Leyendas y consejas del antiguo Yucatán. Mérida, Yucatán: FCE, SEP, CREA.

Redondo, B. (1994). Cartas a Ermilo. Mérida, Yucatán: UADY.

Shrimpton, M. (2007). Miradas a la literatura latinoamericana. Mérida, Yucatán: UADY.

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