La confianza en las elecciones radica en que no se realicen, en ninguna de sus formas, el desvío de recursos, la compra de votos y el uso electoral de programas sociales, señaló Jacqueline Peschard, quien este jueves deja la presidencia del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción.

Durante una entrevista, también reconoció la labor del Instituto Nacional Electoral como actor para poder organizar las elecciones y adelantó que, en colaboración con la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), se han podido visibilizar los modus operandi de la desviación de recursos públicos hacia campañas políticas.

“Es importante que el proceso electoral sea un proceso que cumpla con todas las exigencias sociales y con todos los principios legales que tiene que cumplir (…). El gran tema electoral es la utilización de los recursos públicos para condicionar el voto, la compra, la desviación o utilización de programas sociales y todo lo que tiene que ver con corrupción”, expresó.

Peschard destacó el trabajo del INE como actor para llevar a cabo  las elecciones, y no sólo eso: hay instituciones “instaladas” y “probadas”.

“Lo que hizo el CPC es plantear que nosotros le damos todo el apoyo para que la elección no sólo sea bien organizada —sabemos que se va a hacer—, sino que pueda dar confianza a la población de que se logra evitar —en la medida de lo posible— que ese dinero llegue como una de las partes que condiciona el voto, que limite la integridad del voto, algo que el INE tiene que vigilar”, puntualizó.

En colaboración con la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Jacqueline Peschard explicó que se han podido visibilizar los modus operandi de la desviación de recursos públicos hacia campañas políticas.

En el primer año del CPC, dijo, hubo resistencias para poder completar el SNA, cuya labor no sólo se trata de combatir al corruptor y al corrompido, sino de destruir la red que existe para ello.

Pese a las ausencias, aseguró que el SNA logró colocar en agenda en actos de corrupción que están siendo castigados, como el caso de los exgobernadores.

“Lo que se trata es de identificar las rutas por donde corre la corrupción, los entramados donde se cuelan las complicidades entre autoridades, empresarios, empresas fantasma y que ahora es un tema que todos conocemos”, indicó.

Refirió que pese a tener un Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) “cojo”, que tiene faltantes, se logró poner temas de agenda, no perseguir a personajes corruptos.

“(Los) peces gordos son las cabezas de estas redes, lo que hay que entender es que la corrupción no es entre dos, entre el que corrompe y es corrompido, sino que implica una red de complicidades”, dijo.

“La dimensión de la corrupción en el país es impresionante, gigantesca y enfrentarla, combatirla, implica desmontar una serie de obstáculos y también enfrentar una serie de resistencias que tienen muchísimo tiempo instaladas y arraigadas”, comentó.

En el primer año “de construcción” del Comité de Participación Ciudadana, asentó que la coordinación entre las autoridades integrantes del SNA “es muy difícil”, pues cada una tiene sus propias normas y facultades.

“No le gusta a nadie que estén invadiendo sus facultades y el otro tiene otras facultades, otras normas, otro funcionamiento e inercias institucionales de cómo hacer su trabajo y de repente modificar eso para privilegiar la coordinación es algo que está tomando tiempo y eso es uno de los principales retos”, sostuvo.

Para combatir las aristas de la corrupción dijo que es necesario contar con una firme y sólida colaboración, sin embargo, requiere de proceso.

“He visto cómo se han activado las instancias del CPC, sí se activan frente a los asuntos, el tema es cómo coordinarlos en esos esfuerzos, cómo hacer que los esfuerzos individuales que sí se han activado, no se queden en lo que hace la Secretaría de la Función Pública”, asentó Peschard.