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Se apuntan al bombardeo

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Se apuntan al bombardeo

Durante lo últimos días hemos visto el poder avasallador de las redes sociales y sus grandísimos, severos, implacables, infalibles jueces, quienes desde el podio virtual lanzan condenas fulminantes cual Zeus encolerizado. Lo triste es que en muchas campañas los usuarios se apuntan al bombardeo sin un ápice de información y sin mediar análisis alguno. Si eres gobierno, cuico o de derechas, a huevo eres malandro. Así nomás.

Vienen a colación estas reflexiones en virtud de los casos de Óscar Álvaro Montes de Oca y Angélica López, ambos jóvenes acusados de tráfico de drogas al llegar al aeropuerto «Benito Juárez» del Distrito Federal. El primero fue liberado tras un proceso que duró siete días. Angélica, por su parte, lleva en prisión desde enero de este año.

twitterA las pocas horas de ocurrido el arresto de Óscar Álvaro, empezó un movimiento en redes sociales, particularmente Twitter y Facebook, para dar a conocer su situación. Al llegar procedente de Argentina e ir por su maleta, le dieron un equipaje que él en principio señaló que no le pertenecía. Incluso así, las autoridades lo detuvieron bajo el argumento que trasegaba 20 kilos de cocaína. La presión social ejercida tanto en redes como medios tradicionales, que retomaron la historia, consiguió que la PGR se desistiera de la acusación, pues, a decir verdad, carecían de pruebas suficientes porque nada encajaba en las imputaciones.

Tras la liberación del muchacho mexiquense, distintos periódicos y noticieros hicieron un recuento de personas que atravesaron o atraviesan situaciones similares. Entre los dados a conocer estaba el de Angélica, que hoy es mejor identificada bajo el hashtag #AngieLibre. Esta chica, estudiante de danza en el INBA, viajó en diciembre pasado a Colombia donde supuestamente haría un casting. Allá, su anfitrión le proporcionó una maleta para su regreso a México. Y, ¡oh sorpresa!, al aterrizar en el Distrito Federal encuentran tres kilos de cocaína en su equipaje. A diferencia de Óscar, Angie reconoció como propia la maleta con el estupefaciente, aunque rechazó y niega hasta la fecha haberlo transportado.

Aunque los detalles del proceso que se sigue a la jovencita están fuera del alcance de las grandes audiencias, ello no ha sido impedimento para que se clame por su absoluta libertad sin cortapisas, efectiva e inmediata porque así lo dicta el altísimo tribunal del twitterío y el post a bote pronto; porque en las redes sociales son hartas personas las que así lo reclaman. Porque es inocente y así lo tuiteamos. ¿Y el sistema de justicia, apá? ¿Y los jueces, fiscales y abogados defensores, están pintados o son de ornamento?

Para Óscar Álvaro las cosas se resolvieron positivamente, en parte gracias al apoyo multitudinario de los cibernautas, pero también porque contaba con elementos suficientes que permitían se dictase auto de libertad.
En la circunstancia de Angie, lamentablemente, las cosas pintan de otro color, algo más tenebroso ya que, según revelaciones de quien fuera su primer abogado, Pablo Chapa Bezanilla, hay indicios de que en efecto fue detenida con los alcaloides, aunque ella ignorase que los transportaba. Pero eso a quién le importa en las redes sociales cuando lo prioritario es apuntarse al bombardeo. Veremos, dijo un ciego.

Por Alejandro Pulido Cayón
En Twitter: @alexpulidocayon

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