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Premios estatales de periodismo

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Premios estatales de periodismo

Hace unos días fueron entregados varios reconocimientos a integrantes del gremio periodístico local. El gobierno, desde el quinquenio de Ivonne Ortega, instituyó dos galardones: uno a quienes están especializados en lo cultural y otro para los espectáculos. Los comunicadores agrupados en la asociación «7 de junio», por su parte, hacen lo suyo con el respaldo de cámaras empresariales. Premios no faltan, queda claro.
En todo certamen, hay que reconocerlo, siempre habrá quien se muestre inconforme. Las preseas otorgadas desde el ámbito gubernamental son las que mayor polémica y ámpula levantan desde su creación. Quizá eso tenga que ver con los mecanismos de selección establecidos en su propia convocatoria, aunque también las decisiones del jurado dejan mucho en qué pensar. Casi todos los premiados están vinculados a un periódico local, favorable a los gobernantes estatales en turno.
Basta recordar que el año pasado fue declarado desierto el Premio «Oswaldo Baquiero» al periodismo cultural. La decisión del jurado, que estuvo presidido por Socorro Chablé, se fundamentó en que los únicos dos candidatos registrados carecían del perfil. He ahí el quid del asunto: la elección de los ganadores se realiza con base en las propuestas recibidas y entonces, deciden por el menos peor.
Este año, por lo que me informaron, se despojó del reconocimiento en el ámbito cultural a un compañero con verdaderos méritos. Todo, según mis averiguaciones, por no estar en la gracia de dos integrantes del jurado, que le otorgaron la distinción a Valerio Buenfil, quien fue secretario particular de Jorge Esma Bazán durante el gobierno de Víctor Cervera Pacheco. Es momento de hacer una revisión a esa convocatoria que lanza anualmente la Sedeculta.
En lo que respecta a la asociación «7 de junio», encabezada por Yoisi Moguel, hubo un procedimiento más transparente, aunque, a decir verdad, fue algo pobre la divulgación de su convocatoria. En el comunicado de prensa que difundieron se hizo notar que los premiados presentaron un trabajo que fue evaluado por un cuerpo colegiado de diferentes sectores sociales.
Con ese método de selección, ganaron Herbert Escalante Ojeda y la dupla de Antonio García y Eduardo Ceballos, el primero en reportaje impreso y los segundos en televisión. Asimismo, dieron sendos reconocimientos por su trayectoria a Manuel Triay Peniche, Óscar Suaste y Elena Martín, por 47, 25 y 22 años en el medio, respectivamente.
La lucha por la libertad de expresión en México hoy está más vigente que nunca. Ésta se ha visibilizado en múltiples vertientes, una de ellas, en especial, consistió en desligar el reconocimiento a los periodistas de las autoridades gubernamentales. Antiguamente, Presidencia de la República seleccionaba al ungido cada año, hasta que -diríase que por elemental dignidad y ética- eso cambió.
Ahora corresponde al Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo (CCPNP) otorgar los galardones en sus distintos géneros, lo cual se hace a partir de la presentación de trabajos realizados durante el año inmediato anterior. Estamos a tiempo de construir un mejor modelo de estímulos entre la comunidad informativa de Yucatán. Lo valemos.

Por Alejandro Pulido Cayón
En Twitter: @alexpulidocayon

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