La papaya que se comercializa en los mercados o tiendas de autoservicio no es la maradol, sino imitación de la misma, ya que esa variedad de origen cubano hace años que se dejó de producir comercialmente y hoy sólo hay “tipo maradol”, “tipo hawaiana” o las criollas, afirmó Jorge Santamaría Fernández, investigador del CICY.

En México sólo hay 4 variedades de papaya que están registradas en el Catálogo de Variedades con títulos de obtentor del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas de la Sagarpa (Snicss), dos son del CICY, próximas a obtener patente, una del Inifap y otra de la iniciativa privada, pero ninguna es maradol.

El investigador, experto en papaya, recordó que la maradol fue un parteaguas en las variedades de la fruta, porque ha sido la de mejor aceptación en el mercado por su tamaño, color, consistencia, sabor y también por sus beneficios para el agricultor, ya que tiene 66 por ciento de hermafroditismo, esto significa el nivel más alto que otras variedades de papaya.

“El nivel de hermafroditismo en la papaya es muy importante para el productor, porque las plantas hermafroditas dan los frutos que el mercado pide, que son los alargados, y los frutos hembra son los redondos y esos se desechan, pero el productor no sabe qué planta va a salir hermafrodita o no, así que trasplanta 6 y a los 3 meses hacen el sexado y se dejan las hermafroditas y el resto se elimina; de esas 6, la maradol da el 66 por ciento de hermafroditismo”, dijo el investigador.

Recordó que la maradol se introdujo a México en 1977 y fue el país con mayor penetración, su auge fue tan fuerte que desplazó a otras variedades.

“La maradol fue generada en Cuba por Adolfo Rodríguez Rivera que le llevó 25 años obtener la variedad, él no era científico, era productor y la variedad lleva el nombre de la unión de su esposa María Luisa y él”.

Fueron instituciones de Cuba las que tomaron la variedad y la abrieron al mundo; dijo desconocer si en la actualidad la siguen generando; lo cierto es que a México las plántulas y semillas que llegan son de “tipo maradol”.

La papaya maradol es una fruta con plantas de 2.5 metros de altura, más bajo de lo normal, tiene frutos de un peso promedio de 2 kilos, su rendimiento es de 70 a 100 toneladas por hectárea, se cosecha durante 18 meses y hay que esperar 8 para que empiece a dar frutos.

Para el productor el hermafroditismo es clave indispensable y siguen buscando la maradol porque es la que pide el mercado nacional y de exportación.

Él investigador resaltó que México ocupa el primer lugar como exportador de papaya, Yucatán llegó a ocupar el 4o, en producción y ahora está en el 6o.

Y, aunque la preferencia del mercado es la maradol, el investigador dijo que es necesario desarrollar otras variedades que puedan recuperar el liderazgo de Yucatán en exportaciones; es por ello que el CICY tiene 2 variedades propias, que lograron de la selección de 25 tipos de papayas locales y que son frutos pequeños, de color rojizos, dulces, ideales para la exportación, pero sobre todo que son hermafroditas.

Calculó que el costo de producción de una hectárea de papaya es de 150 mil pesos, porque se deben sembrar unas 6 mil plantas y después tumbar 4 mil para solamente dejar las hermafroditas.

“La gente quiere papayas 100 por ciento hermafroditas, en el CICY tenemos experiencia in vitro y micropopagación, y nosotros lo logramos en 2 variedades, así los productores ya no tienen que tirar 6 semillas y trasplantar 6 plántulas para después tumbar las hembras”, dijo.

Destacó que les llevó 15 años clonar la hermafrodita y el próximo año tendrán la patente; sin embargo, calculó que será en 2 años más que la biofábrica del CICY pueda comercializar las plántulas de las dos variedades llamadas Kanpot y Chakput.

Son frutos de 350 a 400 gramos, de 16 centímetros de largo y de 7 a 14 centímetros de diámetro, es naranja y rojizo. “Sabemos que hay necesidad en el mercado y por eso lo desarrollamos”, dijo.