Ya nadie controla, ni vigila los precios de los combustibles en México, con la liberación del mercado se acabó la fuerza de la Profeco, cuya función quedó reducida a vigilar que se den litros completos, por ello los precios fluctúan de una estación a otra, por cierto todos se ponen de acuerdo en vender caro, la gasolina ha subido más de un peso de diciembre a la fecha. Por ello los precios de todo subieron en cascada y la inflación nacional se dispara a 7.6%, la más alta en 17 años.