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Murakami para principiantes

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Murakami para principiantes

Son más de 100 años de historia de los premios Nobel, y únicamente lo han ganado en ese tiempo 14 mujeres, entre ellas la recién galardonada: Svetlana Aleksiévich. No obstante, ese hecho pareció poco significativo en las redes sociales, particularmente en Twitter, donde uno de los principales temas de discusión fue el hecho de que, una vez más, la Real Academia de Ciencias de Suecia dejó fuera de la competencia al japonés Haruki Murakami.

murakamiEn otro momento abordaré el tema de las mujeres y este reconocimiento internacional. Esta vez, prefiero la reflexión acerca de lo ocurrido con el literato nipón, a quien sus seguidores insisten en colocarlo como gran favorito para alzarse con la presea. Lo cierto es que, en lo personal y después de haber leído varias de sus obras, pienso que su universo narrativo todavía está en construcción, aunque ya cuenta con elementos característicos y que remiten a sus más arraigadas obsesiones.

Publicada en español en 2011 y ya con más de 100 mil ejemplares vendidos, la trilogía “1Q84” podría considerarse su obra cúspide y, por ello, la totalidad de lo que debería haber escrito Murakami. En ella aparecen todos los rasgos distintivos de sus personajes y su territorio literario. Trazada con una estructura de sierra, en la que se alternan los relatos de sus protagonistas –Tengo y Aomame- hasta hacerlos converger en un plano distópico, la historia atraviesa distintos mundos posibles y hasta surreales con dos lunas alumbrado la vida nocturna. Es su obra absoluta, hasta el momento.

En trabajos previos como “Sputnik, mi amor”, “After dark” o “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, este autor explora la soledad, el abandono y el amor como una promesa de redención que nunca logra concretarse. El onirismo y la cultura pop como trasfondo le distinguen; son cuestiones recurrentes y repetitivas, atraviesan toda su creación. A veces, al compararlas, sus obras parecen trabajadas con el mismo molde, sin que ello les reste esa especial vitalidad que lleva al lector, paradójicamente, a enfrentarse con finales en cierto grado depresivos.

Caso aparte merece una de sus novelas tempranas, “Tokio blues. Norwegian Wood”, que fue llevada a la pantalla grande en 2010 por el cineasta Tran Anh Hung. Podría considerase que esta pieza literaria de 1985 es la piedra de toque de toda la creación de Murakami. Desarrollada en un entorno de fatalista, aparecen en ella todas las características presentes en sus creaciones posteriores, hasta concretarse, como ya lo señalé, en “1Q84”.

Por más optimista o por mucho que disfrute la lectura de Haruki Murakami, me queda claro que aún es temprano para que le otorguen el Nobel de Literatura. Difícilmente será el tercer japonés en obtener esta distinción. El primero en conseguirlo fue Yasunari Kawabata, maestro de Yukio Mishima, a quien se le dio «por su maestría narrativa, que expresa con gran sensibilidad la esencia de la mente japonesa».

En 1994, la academia sueca eligió al nipón Kenzaburō Ōe, «quien con fuerza poética crea un mundo imaginario, donde se condensan la vida y el mito para formar una imagen desconcertante de la condición humana de hoy en día». Y así, con esos estándares de por medio, todavía le resta camino por trotar a Murakami, quien, dicho sea de paso, es un apasionado corredor de maratones. Es cuanto les cuento.

Por Alejandro Pulido Cayón

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