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Mérida, lejos de ser sustentable

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Mérida, lejos de ser sustentable

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Por José Luis Preciado

Queremos seguir pensando que podemos avanzar, aunque sea un poco en la construcción de una sociedad de mayor convivencia; platiqué con Enrique Peñalosa ex alcalde de Bogotá, quien vino a Mérida a impartir una conferencia sobre ciudades sustentables, aquellas que tienen menos autos y más peatones, mejor servicio de transporte público y mayor movilidad urbana. No importan el tamaño de la vivienda, tiene más valor si cuenta con un entorno digno: parques, transporte, escuelas, sitios de convivencia, comercios cercanos y otras formas de disfrute colectivo.

Justo ahora se discute el aumento al precio del transporte público, se propone que se incrementa a 10 pesos para los adultos y seis pesos para los estudiantes, al final el Estado autorizará una mínima cantidad, todos sabemos que eso no sirve de nada, la mayor parte de las rutas ya están en la fase de chatarra, muchas rutas ya no son rentables y por si fuera poco los transportistas deben hasta la camisa, así que aunque les dijeran cien pesos, ya no la libran.

Explica Peñalosa que el alma de una ciudad es su transporte público, debe ser el mejor, no es posible que en Mérida circulen medio millón de automóviles, nada va a cambiar aunque se construyan otras vías o más anchas, lo único que aumenta es el tiempo de recorrido.

Por eso señalábamos que en Mérida vamos al revés: la capital de Yucatán tiene la misma extensión que la ciudad de Guadalajara, sólo que la perla tapatía es habitada por siete millones de personas, mientras que en Mérida vivimos un millón, hemos crecido a lo tonto, desparramados, sin orden, sin control, los constructores hacen diez casitas y dejan a sus moradores allí tirados entre el monte, así surgen fraccionamientos todos los días y en todo lugar. El municipio ya no puede hacerles llegar los servicios básicos, si a eso le sumamos que hoy el Estado compite con el municipio en la infraestructura urbana, el caso del Paseo de Montejo ilustra perfectamente esta falta de acuerdos, al final cada quien hace un pedazo de obra y la ciudad queda así hecha de a pedacitos.

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