Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Himnos para rebeldes

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Himnos para rebeldes

jazz1

Por Alejandro Pulido Cayón

Es el lenguaje universal, es la música. Notas, acordes, arpegios, frases, ritmos, armonía, cadencia y melodía son inevitables para las emociones, te tocan porque te tocan: estremecen o tranquilizan. Las canciones, ahora bien, son parte de lo mismo pero no es igual. Cantamos para liberarnos, para llorar, para expresarnos, para reír de dientes apretados. Tarará tarará tutú.

Poseemos una memoria musical. Cada generación está marcada por un estilo. Hay, incluso, temas que se consideran himnos generacionales, que representan el espíritu de la época. Ahora, en un ejercicio mediático del siglo XXI y a propuesta de la periodista Carmen Aristegui, se armó el soundtrack para el movimiento #YoSoy132. A decir verdad, la selección quedó inspiradora.

Bajo el HT #CancionesParaMarchar, usuarios de las redes sociales lanzaron sus propuestas, y a través del sitio web de Aristegui se hizo una primera selección de 15 temas, los que tuvieron más menciones, y de ahí se organizó una votación para elegir cinco.

Esto, más allá de sus implicaciones políticas, es cuestión de un cambio cultural profundo que inició hace unas décadas y hoy atestiguamos sus efectos. Es, hay que decirlo, la evidencia del cambio de poder, bajo los términos descritos a principios de los años 90 por Alvin Toffler.

La manera en la que se dieron las participaciones vía Twitter en la conformación del playlist #CancionesParaMarchar, deja clara la interdependencia entre los diferentes canales de comunicación y su impacto. Es decir, se requirió de un catalizador (Aristegui) que lo propiciara desde un medio “tradicional”, para que la discusión y propuesta se diera por un medio interactivo (redes sociales).

Veo relevante la utilización de las encuestas como una de las herramientas con las que se integra un portal de internet. Aunque no son representativas ni se debe generalizar a partir de ellas, al menos permiten una participación “democrática” de los cibernautas y lectores del siglo XXI. En el caso de las #CancionesParaMarchar tan solo votaron 10 mil 460 personas.

Otro hecho significativo, que me remite a mi propia juventud, es que entre el Top 5 quedaron tres canciones clásicas de los 90, que han sido verdaderos himnos de rebeldía: Gimme The Power (Molotov); La Carencia (Panteón Rococó); y Antes de que nos olviden (Caifanes).

Además, llegaron al tope de las preferencias Another brick in the wall (Pink Floyd) y Sólo le pido a Dios (de León Gieco interpretada por Mercedes Sosa). Estas dos últimas condensan -hacia dentro de #YoSoy132- el ánimo rebelde prevaleciente desde hace, al menos, cuatro décadas. Muchos cuarentones  eran chavalazos en los 90 del siglo pasado y, estoy cierto, son padres de los universitarios de hoy.

Armados con himnos de verdad contestatarios, los estudiantes y quienes se les agreguen irán definiendo el sentido cultural del movimiento, porque recordemos que el primer acto liberador para un rebelde –como lo explica Albert Camus– es reconocer la muerte de dios, en este caso la omnisciencia televisiva, para dar paso al contenido revolucionario e ideológico que se expresará en la filosofía, el arte y las humanidades. Digo yo nomás digo.

@alexpulidocayon

Mérida, Yucatán, a 01 de junio de 2012

Facebook
Twitter
LinkedIn