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FILEY rebasa expectativas

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FILEY rebasa expectativas

170311lectura-libros

Por Virginia Carrillo.

La Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY) ha llegado a su fin.
Aquello que comenzó como un proyecto sobre el que muchos vieron más riesgos que oportunidades, se hizo realidad y todo indica que consiguió cumplir sus objetivos, sentando el precedente de lo que con seguridad se convertirá en uno de los eventos culturales más importantes de México. Para ello pesan factores de diversa índole. Identifico algunos:

Es importante el dinamismo que la propia región tiene en el campo de la producción cultural, particularmente de la literaria. La intensidad de sus actividades y la diversidad de grupos y generaciones de creadores, hacen propicio que pueda acogerse una feria de la lectura de esta magnitud. Asimismo, en la geografía de dicho campo de la producción cultural, existen instituciones académicas sólidas capaces de unir fuerzas con la Universidad Autónoma de Yucatán, para incluir la difusión de los saberes científicos –principalmente los sociales- entre los alcances de la feria. La organización articulada con instituciones públicas que se ocupan de la educación y la cultura como la SECAY, la SEGEY, la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida y la ESAY, entre otras, también garantiza las posibilidades de continuidad del proyecto. Los atractivos turísticos y la seguridad de la entidad son factores paralelos que contribuyen en la capacidad atrayente de la FILEY.

Miles de personas acudieron, claro, con distintos niveles de interés, a la primera Feria Internacional de la Lectura de Yucatán. Es innegable que para la próxima se tendrá que mejorar la operatividad del equipo organizador, la distribución de
los espacios e identificar con mayor asertividad a los públicos para conferencias,
mesas panel, talleres, presentaciones de obras y eventos artísticos.

En cuanto a la venta del libro –objeto que por antonomasia es la lectura-, por lo visto las editoriales participantes en lo general se van con un saldo a favor en la relación costo/beneficio, lo que sin duda provocará que regresen a Mérida en los próximos años; lo mismo sucede con las celebridades literarias y autores de renombre que forman parte del mercado de las industrias culturales y que encontraron y encontrarán en la FILEY un espacio que refuerza su visibilidad frente a sus consumidores/lectores reales y potenciales.

Ojalá se conformara un comité permanente o mejor un fideicomiso que garantice la continuidad de la feria y que el esfuerzo de Rafael Morcillo, director de la
FILEY, Alfredo Dájer, rector de la UADY, de la Cámara de la Industria Editorial
Mexicana (CANIEM) y de las instituciones públicas y privadas que se sumaron a
la grandísima empresa de realizar una Feria Internacional de la Lectura, tenga
continuidad y perdure en el tiempo.

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