Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Esto NO es 1968

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Esto NO es 1968

230512milenio-protesta

Por Alejandro Pulido Cayón

Si pretendemos comprender #YoSoy132 a partir de lo que resulte en las urnas, pecamos de soberbios. Aunque las manifestaciones de miles en el país se dan en el proceso electoral, habría cortedad de miras encuadrando estos sucesos únicamente en este ámbito. Tendrá impacto, seguramente; pero es demasiado temprano para intentar, siquiera, cuantificarlo. Lo relevante, en serio, es que los estudiantes comienzan a elaborar un discurso más definido, más claro, más puntual, más preciso: exigen libertad de información y expresión.

Con menos de 15 días de haberse iniciado este -ahora sí- movimiento, surgen voces que los cuestionan, que pretenden desacreditarlos debido a la ignorancia e incomprensión de lo que está ocurriendo. Lo más preocupante es que la oposición viene de los propios medios. Quienes se aferran al pasado, pierden de vista que hoy los estudiantes lanzan un reto moral, un desafío ético que, indudablemente, debe ser atendido.

Amigos en los medios de comunicación minimizan las protestas que hemos presenciado, son notas menores, son unos cuantos revoltosos, dicen. Otros, con honorabilísimas palabras críticas, deploran que los miles de las marchas #YoSoy132  lancen consignas de hace 44 años, argullen que esto es un 1968 reciclado. Unos más avezados, o menos cautos, revelan y defienden que los medios de comunicación se mueven bajo la lógica comercial y publicitaria. En mi opinión, lo anterior me significa que -en efecto- hay quienes de plano nunca podrán cambiar, que seguirán en la zona de confort, algunos quizá decidan escuchar a esos jóvenes con más atención. Eso ya queda a juicio personal.

Durante la marcha del 23 de mayo en Mérida, observé algo novedoso: los medios tradicionales, establecidos, fueron filmados, fotografiados, relatados en tiempo real. La información fluyó a través de dispositivos conectados, valga lo curioso, al internet gratuito de los parques. Los jóvenes desplegaron un arsenal tecnológico al servicio de la comunicación: netbooks, celulares, iPads, cámaras de video y fotográficas, todos viendo a todos. Ahí está el presente que debemos comprender, porque será muy difícil manipularlo a punta de periodicazos o silencios mediáticos.

Hubo momentos esclarecedores sobre la esencia de los liderazgos que se integraron. Luego de manifestarse a las puertas de Milenio, el contingente (pareciera unido por sinapsis) enfiló hacia Grupo Sipse (retransmisora de Televisa). Al pasar sobre la calle 60, donde está el Diario de Yucatán, hubo quienes al frente de la marcha ignoraron ese medio; sin embargo, ahí se plantaron la mayoría, hicieron regresar a los que ya habían avanzado, y repitieron la misma dosis de consignas. De ahí, pese a comentarios de que eso no se había acordado, juntos decidieron hacer lo mismo en Por Esto!, y después dirigirse a Sipse. O todos coludos o todos rabones, afirmaron.

Además, la posibilidad de estar en las calles y al mismo tiempo tener presencia en las redes sociales, algo así como la ubicuidad, permitió que paulatinamente se incorporasen más y más jóvenes al calor del “éxito” y “ambiente” que se comentaba en esos medios digitales.

Sin optimismos apresurados, hay que mencionarlo también, al interior del movimiento #YoSoy132 convergen al menos dos discursos, que se entremezclan y, hacia afuera, generan confusión. Por un lado están las peticiones y demandas muy claras en cuanto a transparentar la relación medios-gobierno, la libertad de información y expresión, así como la garantía de equidad en el tratamiento noticioso; y por otra parte, emerge la figura de @EPN como el villano de la película, quien encarna los males y desgracias de las televisoras, principalmente.

Esos dos componentes crean la percepción de que las marchas #antipeñanieto (igual convocadas mediante redes sociales), son lo mismo que las de #YoSoy132, aunque en realidad sólo se yuxtaponen. Finalmente, en la arena política todo se vale, y alguien pretende capitalizar esa “contra información”. Ahora sí que debemos enterarnos bien. Las expresiones partidistas que se vieron en el Zócalo capitalino y en Tlatelolco, incluso la del domingo en el Monumento a la Patria, eran coreografiadas por simpatizantes de AMLO. En la del 23 de mayo en Mérida, se proclamaron apartidistas, o lo que medianamente entiendan por ello.

Presenciamos, estoy convencido, un fenómeno que empieza a articularse. Los estudiantes están en la etapa de saber y expresar lo que NO quieren, y eventualmente avanzarán al estadio en el que sabrán bien a bien por qué luchan, y si en verdad luchan.

Lo que veo venir son intentos desde el poder tradicional para frenar esta ola. Y existen varias maneras para detenerla: apuestan al desgaste del movimiento; deterioran los liderazgos que empiecen a ser visibles (que todavía no los hay muy claros); o regresamos al México que tanto anhelan los que comparan esto con1968 y Díaz Ordaz… Digo yo nomás digo.

@alexpulidocayon

Mérida, Yucatán, a 24 de mayo de 2012

Facebook
Twitter
LinkedIn