La fatalidad no abandona Oaxaca, allí la condición es critica, los ríos inundando calles y las comunidades, deslave de los cerros, incalculables las pérdidas. Llevan más de 20 horas de lluvia continua.
de los ríos Milagro y Negro en Santa María Chimalapa
En el Istmo los ríos desbordados son: Espíritu Santo en el municipio de Unión Hidalgo, el Malatengo en San Juan Gichicovi; en la Cañada se desbordó el río de Huautla de Jimenéz; y en la Cuenca del Papalopan el río de San Felipe Usila, además de río que pasa por Valle Nacional y San José Chiltepec.
También se registraron desbordamiento de ríos en San Juan Bautista Tuxtepec, San Juan Lalana, Jalapa de Díaz, Acatlán de Pérez Figueroa y Loma Bonita.
Además del río Cajonos en la comunidad de Ayotzintepec y el río Chiquito, en el municipio de Santiago Jocotepec,
En tanto el río Tolosita, ubicado en el municipio de Matías Romero, se reportaba a su máxima capacidad.
Los daños materiales provocadas por las aguas fuera de su cauce son cuantiosos. Más de una treintena de tramos carreteros federales y estatales fueron dañados, mismos que necesitan su limpieza o reparaciones importantes.
Además muchas viviendas quedaron bajo las aguas anegadas o el lodo, en comunidad de alta o muy alta marginación, además de que los documentos personales de los afectados se perdieron en la contingencia.
Daña a pozos y ojos de agua
Las fuentes de abastecimiento de agua fueron contaminadas, lo que podría generar enfermedades gastrointestinales como por vectores.
Otro daño a veces no considerado por las autoridades estatales, que provocan las inundaciones, son la erosión, alteración o redirección de ríos o fuentes de agua naturales. La tierra de cultivo de áreas agrícolas puede lavarse con facilidad. Según la fuerza de la inundación, las implicaciones pueden variar de simples alteraciones en el paisaje a un descenso en la productividad agrícola y hasta pueden poner en peligro a la flora y la fauna locales, sobre todo en lugares de gran biodiversidad como la Cuenca, la Cañada y el Istmo.
