Por José Luis Preciado
Autorizan el Dragon Mart. Los chinos llegaron ya y llegaron bailando cha cha chá…
Vamos a actualizarnos: para muchos los chinos son como los marcianos, todos les tienen miedo, les han construido leyendas urbanas, depredadores que arrasan con todo, no tienen piedad comercial con nadie, su única religión es el dinero y el trabajo y su llegada a México –vía Quintana Roo– anuncia todo un Apocalipsis.
El alcalde de Benito Juárez Cancún, Julián Ricalde, no pudo sostener la negativa para autorizar que allí en ese municipio se establezca uno de los mayores asentamientos chinos que habrá en México y Latinoamérica, además con ese alcance comercial. En octubre empezaría la construcción.
Aquí en Mérida un empresario español de nombre Lluís Arasanz, propone que en lugar de echarle la culpa de todo a los chinos, les juguemos con la misma estrategia, esto es ir a vender a su mercado y así nos desquitamos de su aire imperial que pisa en todo el mundo, desde la lógica de las inversiones, Lluís tiene razón, hay que permitir que nos invadan los chinos y nosotros partimos mañana a China y les jugamos con la misma moneda, pero hay una realidad que es muy triste, pero real: los chinos llevan años luz depredando, matando de hambre sus trabajadores para conseguir ese «respeto» internacional, y no es una leyenda que por dos platones de arroz y algunas monedas se hagan las cosas por allá, de tal suerte que es competir de manera desigual. Me repatean estos comisarios de la verdad que vienen y nos piden que le demos like a su discurso de “podemos competir”, es igual que la propaganda educativa de Peña Nieto, donde un modelo güerito de 1.80 de estatura comanda a los chiquillos en la alabanza de la calidad educativa, por Dios ¡tenemos la cara, pero ya no la sigan mirando!
El Dragón Mart es un negocio entre Félix Canto, ex gobernador de Quintana Roo, dos otros personajes de México y muchos, eso sí, muchos chinos que traen ánimos de conquista de mercado. Moviendo un poco el texto de Don Quijote de la Mancha hacia los tiempos de hoy, diríamos, «Sancho con los chinos hemos topado»…
