Por José Luis Preciado.

Nadie quiere moverse; desde la presidencia de la República, pasando por el senado, diputados federales, estatales, municipios y partidos políticos.

Maldita la frase “costo político” esa impide a las autoridades electas avanzar, edificar, mover a los vendedores ambulantes, enfrentarse contra lo ilícito, no dejarse controlar por los sindicatos, Elba Esther Gordillo y los maestros de la cúpula que dominan a todos los demás. Ese mismo costo político tampoco lo quieren padecer los diputados federales, las reformas allí se quedan atoradas, no conviene por los tiempos políticos que corren, no vaya a ser que se pierdan votos, que las reformas sean medallas al pecho de otro partido.

El PRI ha dejado todo para después, el cálculo político se ha convertido en la premisa, allí están las elecciones del estado de México, allí vienen las municipales de Tangamandapio y párele de contar. ¿Por qué en México las cosas nunca ocurren? No se avanza en nada. Los políticos están siempre jugando a la matatena, apostando y haciendo campañas, siempre en el futuro nunca en el ahora, el país puede esperar.

Es increíble, pero desde hace meses se juega el 2012 y como dijo Porfirio Muñoz Ledo: “muchas cosas indeseables pueden pasar, de aquí al 2012”.