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Dinero, crédito y fuero

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Dinero, crédito y fuero

Por José Luis Preciado

La sabiduría de los ancianos es un gran error. No se hacen más sabios sino más prudentes.
» Ernest Hemingway (1896-1961) Escritor estadounidense

¿Qué nos pasa a los mexicanos, que un día decidimos que todos los candidatos deberían ser sólo jóvenes?

¿La cuento una historia?, ocurrió y ocurre ahora.
Hace unos años, un grupo de diputados locales del PAN fueron a Chile, allí tendrían charlas con Democracia Cristiana, una corriente política que tiene orígenes en las enseñanzas de Jacques Maritain, Emmanuel Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina social de la Iglesia, «colocar a la persona en el centro, principio y fin de toda acción política, tanto en su dimensión espiritual como material», ese es su pregón. El cuento viene a colación por que allí en Chile, nuestros jóvenes políticos fueron a aprender con un maestro de ciencias políticas de unos sesenta años de edad, quién sorprendido, miro al grupo y dijo: ¿ dónde están los políticos de México?, somos nosotros, -dijo una vocecita asustada del fondo del recinto-, ¿así de chicos son ustedes los diputados, representantes del pueblo de México?, otra voz, más alto surgió del fondo, ¿que tiene contra los jóvenes?…

Contra los jóvenes sólo tengo respeto y cariño, pero contra los jóvenes insolentes; tengo miedo.

090911jovenes-javier-franco¿A ver díganme?.., hace unos meses algunos de ustedes estudiaban una carrera en la universidad, sus padres les costeaban los estudios, iban en transporte publico y los más acomodados en un auto que sus padres les prestaban o les compraron y mírense hoy, hechos unos señores diputados con sueldos de….¿cuanto gana un diputado en México, cincuenta o setenta mil pesos de allá?…¿a poco eso no los vuelve locos?, ayer nada y hoy dinero, crédito y fuero, como dirían los españoles…la leche.

El maestro chileno les dijo; cuando se elige a un joven, así a tontas y locas, se corre el riesgo de envilecerlo, que meta las manos al erario, que siga escalando peldaños pisando a todos, llegue a la presidencia del país con el mismo método y la peor costumbre, si al caso fuera descubierto en plena faena de hurtos, podrá huir y reconstruir su vida en otro lado, hasta que lo olviden y vuelva.

Hay casos de jóvenes exitosos y bien portados, pero son los menos, por lo tanto no ocupan nuestra atención. En cambio los más grandes, ya tienen cierta vergüenza, fama pública, familia.. es más difícil caer en desprestigio, incluso algunos ya están en fases sensibles.

¿Qué tan viejos propone?, preguntó un diputado
Arriba de los cuarenta para diputados locales, 45 federales o alcaldes y cincuenta gobernadores y arriba de allí presidente. Son buenas edades, ya de sabiduría probada y buen sentido común y sobre todo prudencia y sensibilidad. Claro que la madera se trae, sólo sería cuestión de pulirla.

Allí dejamos el relato chileno que al decir verdad no les sirvió a los «blue boys», por que esa misma noche descorcharon una decena de botellas del tinto casillero.

En los Estados Unidos, los jóvenes políticos pasan por un intenso trabajo social, allí se les conoce el temple y espíritu, aquí no pasan de colgar mantas, pegar con engrudo caras felices, oficiar de rodillas e ir trepando en la liana de la lambisconería. Salvo muy contadas excepciones, que ojalá fuera la regla.

¿Qué hicimos con la experiencia?
Un día se puso de moda elegir a los más jóvenes, Manuel Velasco en Chiapas, Javier Duarte en Veracruz, Roberto Borge en Quintana Roo, yo me preguntó: ¿con quién de estos tres le gustaría cenar para conversar de la vida y del país?, preguntarles si acaso, han escuchado hablar de Hidalgo, La Corregidora, Morelos, Villa, Zapata etcétera…le van a responder que son calles de sus pueblos, eso si los vera vistiendo a la moda, -aunque no les quede-, relojes carísimos, paladeando vinos exóticos y carísimos y viajando por todo el mundo en aviones pagados por estado, por nuestros impuestos. Bueno pues eso hacen estos muchachos del tricolor y del PAN. Somos 99.9% de impunidad, así que lo más probable es que se queden en el poder y sigan adelante. Nada los detiene. Salvo una cosa: que este país despierte.

Tampoco me iría al extremo de elegir a un Graciliano Alpuche que se dormía en los actos públicos o a Arturo Núñez de Tabasco, -que no es mala persona-, llegó muy viejo y ausente al poder, mientras el edén sangra, en el la Ciudad de México Miguel Ángel Mancera, se ubica a la izquierda de la nada y sigue atorado en la inacción de una gran ciudad que reclama ir a la vanguardia, mientras en Campeche Alejandro Moreno, es otro de esos muchachos brillantes y con buen a estrella, pero se convirtió, -demasiado rápido-, en fatuo y vanidoso, a Jaime Rodríguez «El Bronco», ahora le llaman «Nini», se enclochó con la mortal refriega en Topo Chico» y el hombre promesa mostró el cobre, así que a Nuevo León le esperan más sorpresas.

Hace poco fui a una universidad, allí entre la charla, preguntas y respuestas, los estudiantes se quejaban de la falta de oportunidades en la vida y sobre todo en el política, uno de ellos les tiró piedras: «la política es una mierda», dijo enojado, mientras sus compañeros aplaudían profusamente, quizás pensaron que me quedaría callado y así que respondí: «a los políticos les encanta esa idea de ustedes los jóvenes, quieren que piensen que la política es una mierda, de esta forma se quedan solos, solos se reparten el poder, solos se reparten los recursos y luego nos heredan a sus hijos y nietos como un clan político y por siempre ustedes, jóvenes serán los más afectados, adelante sigan creyendo que la política es una mierda». Todos se quedaron callados.

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