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Desierto cultural

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Desierto cultural

sedeculta-premio-periodismoPor Alejandro Pulido Cayón

En su corta existencia, esta es la primera vez que se declara desierto el Premio al Periodismo Cultural “Oswaldo Baqueiro López”, otorgado por el gobierno del estado. De las propuestas recibidas, el jurado, presidido por Socorro Chablé González, determinó que ninguna tenía méritos suficientes. Decisión valiente, que evidencia la situación actual de esta especialidad informativa.
Son variadas las opiniones respecto al suceso. Van desde la crítica severa a los integrantes del jurado, pasando por las bases de la convocatoria, hasta desmenuzar la realidad de los medios en la entidad. Cierto es que son contados los espacios para el periodismo cultural. Prácticamente sólo ha sobrevivido un suplemento dominical, El Unicornio.
Fundados en 2009, los premios al Periodismo Cultural “Oswlado Baqueiro López” y al Periodismo de Espectáculos, han tenido como recipiendarios a: Romeo Frías Bobadilla, Roberto Mac-Swiney Salgado, Roberto López Méndez, Faulo Sánchez Novelo, Martha López Huan, Miguel Ángel Orilla Canché, Germán Pasos Tzec, Iván Rubio Ortiz, Gonzalo Manzanilla Escobedo y Enrique Vidal Herrera, así como la propia Socorro Chablé.

Para esta edición, sin embargo, el jurado decidió otorgar únicamente el Premio al Periodismo de Espectáculos, que recayó en la figura de Addy Pérez Echeverría. Este punto resulta interesante, pues hace que supongamos que existe una clara distinción entre las especialidades periodísticas, lo cual nos lleva de nueva cuenta a plantearnos la precaria salud de los medios de comunicación y sus espacios destinados exclusivamente a la cultura, que no sólo a las bellas artes.
La mecánica para la entrega de estas distinciones, parte de una convocatoria que emite la SEDECULTA. En ella se establece que cualquier ciudadano u organización puede postular a una persona en cada especialidad. Con base en el estudio curricular, el jurado determina a quienes recibirán los premios. En otras palabras: se reconoce la trayectoria de los candidatos. En contraste, los Premios Nacionales de Periodismo, son otorgados por un consejo ciudadano que evalúa los trabajos presentados por los propios periodistas que aspiran a la presea.
Muchas de las críticas que se han hecho a los premios locales, parten del hecho de que la mayoría de los ganadores están vinculados a un medio impreso, de tendencia oficialista. Aunque, a decir verdad, es el único periódico que edita un suplemento cultural, además de que tiene un espacio importante –Paisaje Crítico- dedicado exclusivamente al periodismo cultural. También es oportuno mencionar que los medios electrónicos privilegian el periodismo de espectáculos, con programas que son refritos de Paty Chapoy y secuaces. O sea, ni a dónde irle.
En ese contexto, pienso que, independientemente de que tan sólo hubo dos propuestas al Premio “Oswaldo Baqueiro López”, el periodismo cultural pasa por una severa crisis en Yucatán. Esta crisis no es tanto por la falta de talento y plumas, que hay de sobra, sino por una apatía y desdén de los medios en general hacia esta rama. El periodismo cultural es el patito feo en las mesas de redacción, es el relleno de 10 minutos en la radio y televisión, es la primera sección que se sacrifica para darle más espacio a las Ninel, Niurkas y encueratrices del momento.

Bien por Socorro Chablé, Beatriz Espejo, Efraín Poot Capetillo, Gaspar Gómez Chacón y Bernardo Laris, quienes integraron el jurado calificador que, irónicamente, declaró la inexistencia del periodismo cultural en Yucatán. Y ahora: ¿qué vamos a hacer?

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