Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Del manantial del corazón

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Del manantial del corazón

Necesitamos el arte para sobrevivir a la barbarie, para reencontrarnos con nuestras raíces, para que, al fin, triunfemos como especie. A través del hecho artístico, mediante la experiencia estética, nos descubrimos humanos. Por eso, celebro los esfuerzos que se realizan para acercar el teatro a las nuevas generaciones, máxime cuando seleccionan obras como “Del manantial del corazón”, original de Conchi León.

Me cuentan que la puesta en escena para un foro teatral es maravillosa. En mi caso, busqué una aproximación diferente para conocer este montaje. Gracias a la cordialidad de Héctor López Martínez, director de la preparatoria estatal “Salvador Alvarado”, tuve la oportunidad de asistir a una de las cuatro funciones que se llevaron a cabo en ese plantel educativo.

Fue, a decir verdad, una extraordinaria sorpresa ver la gran aceptación que hubo entre los adolescentes. Asistí a un momento excepcional, en el que las integrantes de la compañía artística dejaban bien plantada una semilla, la inquietud entre los ahí presentes por conocer y saber más de esta expresión. De alguna manera, estas acciones inscritas en el 21 Ciclo del Programa de Teatro Escolar en Yucatán, contribuyen a la formación de públicos y, además, sensibilizan a la juventud sobre la importancia del arte y la cultura.

“Del manantial del corazón” resulta en una bien estructurada narración sobre la maternidad en las tierras del Mayab. El carácter testimonial de las escenas, la disposición de la escenografía, el aprovechamiento al máximo de los limitados recursos del espacio de representación (el auditorio de la escuela), así como unas actuaciones profesionales y el involucramiento directo de los espectadores, hacen de ésta una propuesta teatral enriquecedora.

Destaca el trabajo de Andrea Herrera en el papel de Aurora. Mientras que la “chelita” Addy Teller, ofrece una interpretación llena de matices, demuestra su capacidad histriónica al alcanzar varios registros que de lo cómico llegan a lo trágico y viceversa. El cuadro actoral se complementa con Estrella Borges y Lourdes León, quienes hacen puntuales intervenciones que dan relieve a detalles trascedentes en la historia. La propia Conchi León encarna a una partera, que hace de hilo conductor para la dramaturgia.

conhQuizá lo único que podría concretarse mejor, es el pasaje en el que se explica el simbolismo del hetzmek. Esta hermosa ceremonia tradicional maya, que permanece viva en ciertos lugares del territorio estatal, prepara a los recién nacidos para lo que será su paso por el mundo. En “Del manantial del corazón” es representada con ayuda de los asistentes, lo que, de cierto modo, quiebra el ritmo narrativo, aunque también se presta para hacer más vívido el contacto entre las artistas y el público. Valdría volverla a ver en otro contexto y foro para apreciar la manera en la que funciona esta parte. Es sólo una acotación.

Puede que la violencia por la que atraviesa México y el mundo nos parezca lejana a quienes habitamos Yucatán; sin embargo, se trata de una realidad con la que deberán lidiar las próximas generaciones, y estoy cierto que la mejor apuesta para construir la paz está en el arte y la cultura. Enhorabuena por personas como Conchi León y los docentes que procuran una mejor sociedad. Es cuanto les cuento.

En Twitter: @alexpulidocayon

Facebook
Twitter
LinkedIn