Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

De Uber y otros demonios digitales…

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

De Uber y otros demonios digitales…

Por Tomás Martín

Pues la verdad no se los iba a platicar, pero creo que vale la pena que les cuente y les diga lo que pensaba decir, pero ya no pude decir, porque quienes toman las decisiones en esta calurosa entidad, me preguntaron lo que pensaba cuando ya no tenía caso que lo dijera.

uberAsí es mis queridos lectores, el pasado sábado 28 de mayo estaba por despacharme mi primer vodka tonic, cuando recibí una llamada de los operadores del Palacio de Gobierno para acudir a un desayuno porque el secretario de Gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, quería platicar con quienes son “líderes de opinión” sobre una iniciativa que presentarían para reformar la Ley de Transporte.

Para empezar yo no me creo líder de opinión, pero bueno tentado por la posibilidad de desayunarme unos deliciosos huevos motuleños y escuchar lo que dirían los representantes del Gobierno yucateco, tras el drama que se armó por la madrina que los socios del Frente Unico de Trabajadores del Volante le pegaron a operadores de Uber, me apresté a llegar puntual a la hora y sitio convenido para la “plática”.

Debo decir también que para mí fue algo sorpresiva la invitación a “dialogar” toda vez que uno de los medios para los que trabajo, ha asumido una actitud contundentemente crítica hacia el gobierno de Rolando Zapata Bello, por lo que supuse que la idea era democratizar de alguna forma la discusión que se daría en torno a la mencionada iniciativa.

Pero bueno más tardé en pensar en lo que podría decir o aportar que en entender que en realidad nos habían invitado solo para informarnos que la mencionada iniciativa ya se había presentado desde el mismo sábado 28, y poco después supe que la habían presentado exclusivamente a los diputados locales del Partido Revolucionario Institucional y del Verde Ecologista de México que son lo mismo.

Pues ni hablar, ya estaba ahí y escuché estoicamente los argumentos del secretario de Gobierno para regular a los Uber y a otras empresas similares en donde la palabra “seguridad” se repitió muchas veces y pues casi casi, debemos de entender que la iniciativa es por el bien de todos los yucatecos porque si no se aplica, el crimen organizado podría sentar sus reales en Yucatán
y ahora sí sabríamos lo que es amar a Dios en tierra de indios.

Resulta pues que Uber puede ser la entrada al estado de los émulos de ISIS y pues antes de que eso suceda hay que saber quiénes son, que coches manejan, deben tener placas yucatecas, pagar impuestos como los casinos y los medios de comunicación no debemos entender los hechos de violencia solo como una lucha entre particulares para defender el monopolio de taxistas en Yucatán, sino como un asunto en el que está en juego la paz y la tranquilidad de nuestro terruño, hoy amenazada por una empresa o franquicia trasnacional que solo viene a llevarse nuestro dinero y a amenazar el patrimonio de los taxistas concesionados y sus familias.

Algunos de mis compañeros presentes, y vaya que eran un buen, pues tomaron la palabra, dieron algunas opiniones hicieron algunos señalamientos, pero pues sinceramente qué se puede decir o aportar cuando la iniciativa ya había sido presentada, pues sí eso, absolutamente nada.

Y pues así que decidí gozar de mis huevos motuleños y aprestarme a realizar la nota con los planteamientos hechos durante una conferencia de prensa que se dio posterior a la plática.

Pero pues ahora sí que si de algo sirve, lo que yo pienso es que si la iniciativa lo único que busca es regular a Uber y demás empresas afines, pues no está realmente a tono con la agenda ciudadana y en lo que los usuarios esperarían para tener mejores opciones de servicio de taxis.

Y es que aunque nos quieran vender la idea de que el arribo de las plataformas digitales es un asunto de seguridad, la realidad es que para los ciudadanos, el asunto de Uber y el FUTV pasa principal y prioritariamente por el tema de las tarifas y la movilidad.

Quienes ya usan Uber, siempre destacan que resulta mucho más barato y hasta se sienten más seguros que en los taxis concesionados.

Cuando tu preguntas a los ciudadanos que es lo que piensan del servicio de taxis, lo primero que dicen es que cobran muchísimo y que hay horas y zonas en las que no encuentras un solo taxi en la calle.

Y así podríamos enumerar muchos de los argumentos ciudadanos, los cuales no son contemplados en la iniciativa que ya fue turnada a las comisiones del Congreso para su análisis.

De tal modo, que si las cosas le salen bien al Gobierno yucateco, en breve le estaría cobrando un 10 por ciento de impuestos a las ganancias de Uber y similares por trabajar en la entidad, lo que de paso quizá obligue a esos servicios a subir sus tarifas y equilibrar un poco las cosas, poner “un piso más parejo para todos”.

En pocas palabras, el tema de las tarifas estratosféricas que se cobran en la entidad tendrá que esperar para otros tiempos, y el tema de la movilidad pues también.

Del trato al usuario y el respeto al reglamento de vialidad, pues para que les digo, tampoco está considerado en la iniciativa.

En resumen, para su servidor se trata de una propuesta que busca responder a la crisis de opinión pública que generó la agresión de los socios del Frente a los operadores de Uber y que de plano pegó de lleno a la credibilidad del Gobierno del Estado, pues aunque de nada sirvieron las opiniones y argumentos vertidos en la “plática”, el secretario de Gobierno no pudo decir nada, cuando se le dejó en claro que el FUTV ha sido y será siempre el brazo electoral y político del PRI y que todo lo que haga o deje de hacer ese sindicato que representa uno de los últimos y más fuertes bastiones de ese corporativismo-partidista, afecta a la imagen del gobierno y por supuesto del mismo gobernador.

En fin, la realidad es que se los cuento solo para entender el para qué y porqué de esta iniciativa y para recalcar que la propuesta no es ni será la solución para modernizar el servicio y hacerlo más accesible a la población y que si lo que se quiere es desalentar o frenar el desarrollo de Uber y otros negocios similares, pues es muy probable que tampoco se logre, pues aún con el impuesto del 10 por ciento que le quieren aplicar a esas firmas, sus tarifas seguirían siendo mucho más baratas que lo que cobran los taxistas concesionados y eso incluye a los llamados “radiotaxímetros” que se supone eran una opción más económica para los usuarios y hoy cuestan casi lo mismo que los llamados “taxis de sitio”, pues sus taxímetros o aparatos medidores, parecen poseídos por el mismísimo satanás y una llevada del centro a sitios como Ciudad Caucel, puede llegar a costarte más de 120 pesos.

Díganme ustedes amigos y amigas, quiénes y cuántos están en la posibilidad y disponibilidad de pagar semejante costo por un servicio de taxi, pues bien, eso no es un tema prioritario en la agenda de nuestras autoridades y quizá en una próxima iniciativa pues entonces sí… Ya veremos.

Comentarios, réplicas, reclamos, donativos en efectivo o en especie a tommyuv@hotmail.com, los quiero, xoxo, besos y hasta la próxima…

Facebook
Twitter
LinkedIn