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Católicos en fuga

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Católicos en fuga

290611iglesia-iluminda

Por José Luis Preciado.

Con las iglesias semi vacías, católicos en fuga, credibilidad muy lastimada por los recientes hechos ocurridos con los curas pederastas que el mismo Benedicto XVI no quiso enfrentar, liquidez cuesta abajo –los Legionarios de Cristo ya no tributan igual– bajo esta sombra el Vaticano eligió al nuevo papa.

México siguió a cierta distancia el acontecimiento con la misma gana que mira una entrega de los premios a lo mejor del cine, allí estuvo la cobertura de los noticieros de televisión que querían ser los primeros en mirar la fumata blanca que nos indicaría el «Habemus Papam», luego vino el repique de campanas en todas las iglesias católicas de México.

La Iglesia de hoy está muy lastimada, la cúpula clerical ha tenido la culpa, permitió latrocinios, se alejó de los feligreses, sobre todo de los más pobres de México, generó una burocracia eclesial que ha sido demoledora, incluso los mismos partidos políticos ya no le tienen respeto.

Con el ascenso de Francisco I, se presenta una gran oportunidad de hacer cambios, de mover a la feligresía rumbo al encuentro con los más pobres, los más urgidos de cariño y de consejos, aquellos a los que todavía algunos curas atienden con la vida misma; esta iglesia se llenó de confort, de riquezas, de ambiciones, se llenó de pervertidos que cubren con la sotana sus desvíos, muchos niños del mundo han sido víctimas enviados por sus propios padres para tener a un futuro sacerdote en la familia, pensando que allí donde Dios salva a uno, salva a diez.

Como en la misma política, la elección de Jorge Mario Bergoglio, ahora Papa Francisco I, será interesante en la medida de que signifique cambios a fondo para la Iglesia Católica en todo su conjunto. Contra todo lo esperado, el nuevo papa es americano, hijo de italianos, jesuita nacido en Buenos Aires en 1936. Habrá que ver lo que ocurre en el Vaticano, más por anécdota que por verdadera esperanza de cambios.

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