República de las Bananas
Por Eduardo Lliteras Sentíes
Los números y las cifras a veces son tediosos. Pero suelen ser reveladores. En el último reporte de la Auditoría Superior de la Nación salieron a relucir tantos desvíos y malos manejos presupuestales que es imposible reseñarlos todos. No sólo por parte del Gobierno Federal (cuyo partido pide ahora a los ciudadanos volverlos a votar con la imagen de una mujer que ha sido parte de esas irregularidades) sino de los estados y municipios del país.
En efecto. Por ejemplo, el Gobierno Federal mantiene 333 mil 852 millones de pesos en 25 figuras jurídicas como fideicomisos, mandatos y contratos, de los que no informa y nadie sabe nada excepto Los Pinos y Hacienda Federal.
Estamos hablando de 333 mil millones de pesos, los que equivalen a por lo menos, 17 veces el presupuesto de Yucatán.
Sobre este dinero no hay trasparencia ni el Congreso de la Unión lo fiscaliza. Sólo decide el presidente, al mejor estilo del viejo régimen. ¿Qué hace Calderón con éste “guardadito”? ¿Guardárselo como Salinas, quien se embolsó la mayor parte de la partida secreta?
Otro dato sorprendente, se informó que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene establecida una tesorería paralela en el extranjero que, solamente en 2010, manejó efectivo por alrededor de unos 23 mil millones de pesos. De esta tesorería paralela de Pemex, tampoco se sabía nada hasta ahora y no se sabe qué se hace con ese dinero, con sus rendimientos e intereses.
Otra joya, la Semarnat no utilizó 85 por ciento, ojo, el 85 por ciento, de los recursos que le dio el Gobierno Federal para el Programa Especial del Cambio Climático. ¿Por qué? ¿Qué hizo y qué va a hacer con el dinero?
Una última: Al menos 70 funcionarios de la Sagarpa recibieron recursos del Programa Procampo, fondos que en realidad debieron ser destinados a productores rurales. Es decir, los funcionarios de la Sagarpa se embolsaron recursos que eran para los campesinos. ¿Alguien lo va investigar? ¿Van a devolver la lana?
También los estados y municipios acumulan semejantes corruptelas. Pero nadie, rinde cuentas ante la justicia. Por eso, al país se lo está llevando la chingada, parafraseando a López Obrador.
