Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

2012, año de las contradicciones

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

2012, año de las contradicciones

ninios-en-chichen

“Estrellas hay más que arena en la mar. Tan grandes que al cielo tocan, las ramas de la ceiba son; y así de profundas sus raíces nuestro espíritu sostienen. Enfurecido el viento trae mensajes de los dioses originarios”. (Fragmento de Los Motivos del Silencio)

Por Alejandro Pulido Cayón

Mérida, Yucatán, a 10 de enero de 2012.- Asentada en el más amplio territorio de Mesoamérica -que abraca desde el Sureste mexicano hasta El Salvador-, la cultura Maya atrae como nunca la mirada mundial. Sea por un claro sentido de oportunidad o respaldado en la esotérica fe de millones, las llamadas profecías sobre el fin del mundo han colocado a Yucatán como punta de lanza para un importante movimiento económico. Está visto que el legado de los mayas, hasta hoy, es primordial para el sustento de miles de familias.

Pareciera que todo inició hace ya dos años, cuando las redes sociales intensificaron la divulgación del supuesto final de los tiempos, que habría sido vaticinado por el pueblo Maya a través de sus códices –particularmente los contenidos en los libros de Chilam Balam. Sin embargo, fue desde el ámbito político que se encontró ventaja para capitalizar esa inquietud global. Así, en marzo de 2011 el diputado yucateco Roberto Rodríguez Asaf presentó el proyecto de decreto “2012, año de la Cultura Maya”.

Aprobado por el Congreso del Estado, el dictamen estableció la creación del Comité para la Planeación, Desarrollo y Difusión del Año de la Cultura Maya. La finalidad de ese órgano colegiado, es la de elaborar programas de actividades, eventos, acciones, expresiones, conmemoraciones y demás actividades para enaltecer y celebrar a esa ancestral cultura.

Freddy Poot Sosa, investigador y estudioso de la etnia y la cultura Maya, en su momento calificó la propuesta como ejercicio propagandístico que se aprovecha de los mayas y cuyos fines son netamente lucrativos, para beneficiar a unos cuantos. Lamentó que hasta las profecías mayas se utilicen para lograr esos objetivos. “Los mayas estamos de moda”, sentenció.

Yucatán, de hecho, resguarda algunos de los vestigios mayas más importantes. Chichén Itzá, Uxmal, Ek Balam, Dzibichaltun, entre otras zonas, constituyen parte de la riqueza arqueológica del Estado. Con gran potencial turístico, que pretenden maximizar este 2012, la derrama económica generada por ese sector de desarrollo, paradójicamente, no alcanza en su totalidad al 52.2 de la población de la entidad, que forma parte de la etnia Maya. Incluso, 22 municipios del Oriente yucateco, que congregan a la mayor población mayahabalnte, son también los de más alta pobreza.

Al margen de cuestiones políticas y económicas, el aura mística de las profecías mayas ha sido objeto de una manoseo mediático y propagandístico. Una búsqueda a través de Google arroja más de 600 mil resultados sobre el tema. Destacan entre ellos varios sitios que intentan conciliar una visión metafísica tremendista con la ciencia y la espiritualidad. “La NASA aseguró que el terremoto sufrido por Chile, habría modificado el eje de la Tierra en ocho centímetros. Esto sería, según muchos, parte de las profecías que hablan de un importante y profundo cambio del mundo actual”, se indica en www.profecias-mayas.com.

“Cada cierto tiempo, (el Sol) se sincroniza con el enorme organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brilla más intensamente, produciendo en la superficie lo que nuestros científicos llaman erupciones solares y cambios magnéticos. Ellos (los mayas) dicen que esto sucede cada cinco mil 125 años”, agrega el referido sitio web.

Sobre ese tenor, las referencias a cataclismos y esotería vagan por amplio espectro hasta llegar a las netamente antropológicas y arqueológicas, en las que se establece que en realidad se trata del final del calendario de una cultura, que no el fin del mundo.

Durante la instalación del referido Comité, ocurrida el 29 de diciembre de 2011, Rodríguez Asaf dejó en claro la posición pragmática al señalar que la designación de “2012, año de la Cultura Maya” permitirá tener una mayor afluencia turística, más empleos y, supuestamente, la revaloración de esa cultura.

“Tenemos una oportunidad extraordinaria para colocar a Yucatán, una vez más, en la mente y en el conocimiento de la población nacional y mundial; y para los mayas de nuestros días, un momento propicio para incrementar la conservación de sus valores culturales, tradicionales y sociales”, dijo el legislador.

Ironía aparte, en este contexto alguien tuvo la genial idea de dedicar el Festival de la Ciudad de Mérida al mundo Maya. Ello no significaría mucho, a no ser por el hecho de que ese Festival artístico y cultural se realiza tradicionalmente en el marco de la fundación de la ciudad por parte de los españoles que sojuzgaron al pueblo Maya.

Facebook
Twitter
LinkedIn