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¿Consumatum est?

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¿Consumatum est?

marcha-132

Por Alejandro Pulido Cayón

Veo con paciencia y pasión, quizá más lo segundo que lo primero, cómo las redes sociales se han convertido en centro de catarsis y confrontación tras las pasadas elecciones. Los únicos tibios, son los que ya nada tienen que perder, como ocurrió con los priistas allá por 2006, cuando la lucha fue entre PAN y, otra vez, AMLO. Ahora los panistas hacen mutis.

Bien lo advertimos durante las primeras horas del 2 de julio, cuando las tendencias del PREP eran más que claras: seguiría un conflicto postelectoral que apelaría a la legalidad del proceso, y habrían de dirimirse los conflictos en las instancias correspondientes. A diferencia de hace un sexenio, la virulencia se daba en las calles, entre compañeros de trabajo, incluso al seno de las familias, y hoy ese fenómeno se aprecia en Twitter, Facebook, Youtube y  demás herramientas disponibles en Internet.

Las llamadas megamarchas de los últimos días, de las cuales se deslindó el movimiento #YoSoy132, representan otra faceta de los tiempos postelectorales, que ha sido magnificada y de mayor impacto gracias, otra vez, a la comunicación horizontal que se ha venido fortaleciendo en los últimos meses, al tiempo que ésta se ha vuelto insumo de los medios tradicionales como prensa, radio y televisión (abierta o de paga).

Por cierto, escuchaba por radio una entrevista con un gran monero que, de plano, establecía las coordenadas de lo que se sabe inevitable, esto es, que @EPN asumirá la Presidencia en los tiempos que marca la Ley; sin embargo, acotaba, la relevancia de la protesta social radica en la capacidad que se tenga para hacerle un contrapeso a las reformas estructurales que se proponen, a saber: energética, laboral y fiscal.

De vuelta al cauce, hoy por hoy se hacen notorias y evidentes las tendencias a favor o en contra de quien, aunque no le guste a unos millones de votantes, será el Presidente. Aquellos que están en contra, lo hacen saber de variadas maneras, que van desde le búsqueda de argumentos y pruebas de lo que llaman la compra y coacción masiva del voto, hasta quienes haciendo gala de su limitado lenguaje sólo se dedican al vituperio y la descalificación lépera.

En contraparte, los defensores del hijo predilecto de Atlacomulco, recurren a un ataque frontal que ya muchas veces se les ha revertido por la falta de “usuarios reales” en las redes sociales. Si bien podemos encontrar expresiones y corrientes a favor de @EPN, la mayor parte de las veces son creadas de formas artificiales mediante el uso de los llamados “bots”, y en eso radica su máxima debilidad, porque encima se comportan como “trolls” y atacan a la base del tabasqueño. Los usuarios verdaderos en más de una ocasión han virado la corriente de opinión en contra de esos peñistas fervorosos.

Lo interesante, a mi parecer, es que se está viviendo un momento en el que las redes sociales sirven como herramienta de comunicación horizontal, sí;  y, de igual manera, para la organización de la sociedad. También son el sitio idóneo para descargar las emociones en niveles catárticos, esto es, que liberan las tensiones internas de la persona que van desde la negación, la ira, la depresión, la aceptación y, eventualmente, se generará un ambiente de esperanza.

En correspondencia a lo ocurrido en 2006, cuando el gobierno de Fox creó un cerco tanto mediático como físico en torno al movimiento de AMLO, hasta llevarlo al desgaste y la superación de “la pérdida”; en esta ocasión, esos sentimientos emergen y continuarán vía tuiterizas, memes y protestas, hasta que, lo que se ve como inapelable, se cumpla con la toma de posesión el 1 de diciembre.

Lo cierto, más allá de lo que se logre probar o no en los tribunales, es que la conformación del Congreso de la Unión está dividida sin nada absoluto para nadie. Esa realidad política y jurídica, hasta ahora, significará que el próximo titular del Ejecutivo, si pretende llevar al cabo las necesarias reformas estructurales, tendrá que lidiar con verdaderas fuerzas en su contra, algo así como lo que le pasó a Ernesto Zedillo la primera vez que los diputados le negaron el permiso para salir del país. Las aguas tomarán su nivel. ¿Consumatum est? Nada es para siempre. Digo yo nomás digo.


@alexpulidocayon

Mérida, Yucatán, a 09 de julio de 2012

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