El ilegal negocio de los minicasinos sigue extendiendo sus brazos en Mérida y otros puntos del estado sin que le hagan mella los esporádicos decomisos de las autoridades.
De acuerdo con comerciantes vinculados a esa industria, sólo en el centro de esta capital hay instaladas de 9,000 a 10,000 máquinas tragamonedas, la mayoría en la zona de los mercados Lucas de Gálvez y San Benito, considerada un filón de oro por la gran cantidad de gente que se da cita en ese sector.
La instalación de las máquinas en el primer cuadro es estratégica, porque se trata de un sector donde cada día transitan hasta 100,000 personas, que representan importante mercado para cualquier giro comercial.
Los minicasinos operan abiertamente contra la Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos, la cual dispone que sólo los casinos establecidos, con las licencias respectivas, pueden tener máquinas tragamonedas.
Sin embargo, esa ley es letra muerta y sólo se le resucita para sustentar los aislados decomisos, que han demostrado nula efectividad. Hay evidencias de que horas después de un operativo de confiscación las máquinas vuelven a aparecer.
El combate a esta industria ilícita corresponde a la Secretaría de Gobernación, que se apoya en la Procuraduría General de la República (PGR) y las policías federal, estatal y municipal —según el caso— en los decomisos ocasionales.
En mayo de 2014, la propia PGR encabezó amplia operación en la zona de los mercados Lucas de Gálvez y San Benito. El resultado fue la confiscación de unas 200 “maquinitas”.
Según consta en nuestros archivos, un comandante de la PGR declaró que se trató de “un duro golpe, el más grande que se la ha dado a esta industria”.
Fuente: Diario de Yucatán
