Ayer fue una jornada “agridulce” para pescadores ribereños y prestadores de servicios, pues mientras los primeros no consiguen buena pesca de mero, los segundos estuvieron de plácemes por la llegada de un crucero.

Aunque el precio del mero, —a decir de los propios hombres de mar— “está por las nubes”, los pescadores no pueden disfrutar del todo de los beneficios de vender sus capturas, pues apenas regresan con uno o dos kilos.

El empresario Manuel Sánchez González, presidente del Sistema Producto Mero, detalló que el kilo del negrillo se cotiza en $210, el de mero rojo, $170, y el mero chico, entre $80 y $90.

Al recordar que el sábado se abrió la pesca, luego de dos meses de veda, de febrero a marzo, subrayó que los barcos de la flota mayor apenas están zarpando, mientras que los ribereños salieron a pescar desde el primer día, pero reportan baja captura.

—Los comerciantes están peleando la poca captura de mero que obtienen los ribereños, pues exportan a La Florida, Estados Unidos, que es de los principales clientes; por eso pagan a buen precio esa especie de escama —puntualizó el presidente.

—Los ribereños igual capturan rubia y canané, especies que también tienen demanda en el mercado local porque sirven para surtir a las pescaderías durante esta época del año.

En contraste con este panorama, la primera jornada de crucero de la semana estuvo concurrida, ya que el intenso calor y el agua limpia y calmada fueron factores claves que invitaron a numerosos pasajeros del Carnival Triumph a bañarse en el mar, practicar deportes acuáticos, dar paseos en bananas, así como consumir cervezas y botanas.

Unos 1,000 turistas se quedaron en puerto, donde les ofrecieron paquetes para visitar otras playas, cenotes y Mérida. Sin embargo, hubo paseantes que no compraron tours y realizaron varias actividades en la costa: los niños jugaron en la arena, mientras que los adultos consumieron cervezas recostados en camastros.