Miles de capitalinos y yucatecos, atraídos por la cochinita pibil, los tacos de relleno negro, las hamacas, las guayaberas y las salsas de chile habanero, así como las artesanías de la localidad, atascan el pabellón oeste.
Los capitalinos arrasaron con la comida, las artesanías y todo lo que encontraron a su paso. Con mencionar que la señora de salsas de Dzemul vendió todo el chile en polvo que llevó desde un día antes y ayer no le quedó ni un bote de salsa por lo que tendrá que llevar demás.
Lo mismo la empresaria Tere Cazola con sus bolitas de queso, o los artesanos de Maní y de Halachó que vendieron todo lo que llevaron. Y ni que decir el show de Dzereco y Nohoch en el que hubo gente de pie en los pasillos al costado porque no alcanzaron asientos.
El espectáculo de este par de cómicos yucatecos, Mario y Daniel Herrera Casares, estuvo acompañado de su padre Mario Tercero, y se basó en “traducir las palabras” de los “boxitos” en cómo las diría un capitalino y viceversa, lo que se llevó carretadas de aplausos.
Otro que congregó a miles de capitalinos fue el clavadista Rommel Pacheco Marrufo, quien dio una plática motivacional que fue muy ovacionada, e incluso al terminar se dedicó a autografiar gorras con la leyenda Yucatán, atención que le llevó más de tres horas y en el que los asistentes hicieron largas filas para fotografiarse con el yucateco.
El yucateco, quien de obtener una presea en Río de Janeiro 2016 se convertiría en el primer clavadista hombre en lograr una medalla en prueba individual desde que Fernando Platas ganara el metal argenta en Sidney 2000, realizó una interesante explicación de las atractivos de Yucatán, lo que la entidad ofrece a los visitantes y la reindustrialización que impulsa el Gobierno del Estado en el ámbito regional, nacional e internacional.
