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Loa al beso

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Loa al beso

Discurre la levedad del silencio
entre cruces de aliento tibio
y el anhelo de labios sedientos.

Sin pausas va acechando el vértigo de
perder todo lo ganado en un tímido parpadeo.


A contratiempo se crispa la piel cuando la
impertinente duda corre en sentidos paralelos
Al filo de la pálida renuncia.

Al tiempo los corazones se agitan con la
cadencia del pabilo  
de una vela encendída 
El sigilo un arte felino
que atrapa y condena
al destierro de las soledades.

Los claudicantes sucumben
ante el pusilánime intento
No arrojan sus últimas cartas
solo ceden sin mirarse y se alejan
sin vivirse.

Los arrestos de los enamorados escrutinan 
el enigma de sus ojos
Los contornos de sus bocas como dulces
frutos en reposo
Pliegues y comisuras húmedas que
subliman el deseo perpetuo.

Ahora la perplejidad es un sueño
Justo en el álgido crepitar del instante 
entre labios avivados y miradas derrotadas
que se someten al juego del instinto.

Mientras se precipitan ríos
de fuego en toda la trémula desnudez de
almas prendidas 
En el asedio pertinaz y sin palabra alguna
Al fin se desvanecen las distancias y el
juego del disimulo de los “Yos”
Ante la algarabía de un nosotros.

Entre mordiscos tenues y el certero
esgrima de caricias tiernas
Discurren los sentidos en alerta sin pausa
como deltas que lamen las olas en el
pleamar de la pasión.

Los enamorados lo saben
Nada más real que el manantial sus bocas
Nada más inolvidable que el penetrante
efluvio de su esencia
Nada más doloroso
que renunciar a ellos
Nada más trágico que su olvido.

Rafael Aguiar

1 Oct 2021

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