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“Ahora sí, lo hice todo”, Armando Manzanero

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“Ahora sí, lo hice todo”, Armando Manzanero

 

Don Armando con su hija Martha Manzanero
Don Armando con su hija Martha Manzanero

 

 

 

 Por Martha Esther López Huan.

La emoción aflora. Los sentimientos de Armando Manzanero Canché surgen como cascada y su voz cambia de tono al agradecer y decir con el corazón en la mano: “ahora sí,  lo hice todo”  por el tributo que le rendirá la administración que encabeza Ivonne Ortega Pacheco y el Instituto de Cultura de Yucatán que dirige Renán Guillermo González.

No es un “gracias” cualquiera, es uno que surge del corazón y va más allá del infinito. Se siente, se palpa, se contagia y enchina la piel cuando vuelve a decir: “ahora sí, lo hice todo” y luego, con cada frase, deja entrever el profundo orgullo de saberse profeta en su tierra.

-Maestro,  el Teatro Mérida cambiará de nombre, ahora se llamará “Teatro Armando Manzanero” ¿Qué siente con tan singular tributo?

– No sabe el orgullo que siento, porque pocas veces un personaje vivo puede tener un honor como este. Se lo agradezco infinitamente a todas las autoridades de Yucatán, a toda la gente que tiene que ver con el arte –dice con voz profundamente emocionada y en exclusiva para Revista Yucatán y Grupo Fórmula.

-Y por si fuera poco, como homenaje por sus 65 años de trayectoria, el ICY le dedicará todo el Otoño Cultural, ¿qué opina?

-Es una delicia… Me siento inmensamente emocionado y halagado y eso que soy una persona no fácil de emocionar. La emoción que siento al saber del homenaje del Otoño Cultural me da una felicidad enorme. Eso me ha puesto a pensar que ahora sí, lo hice todo.

-Oiga, adelántenos, ¿qué ofrecerá en  el  Otoño Cultural? ¿Traerá algo especial?

-Mire, yo tengo que inventarme en realidad y como reciprocidad por el homenaje del Otoño traeré a la ciudad de México a la Típica Yukalpetén el 15 de septiembre próximo, pues tengo la suerte y bendición de que clausuraré las fiestas del Bicentenario en el Zócalo. Ahí cantaré con la Típica, un tenor yucateco y Juan Pablo Manzanero.  Ese mismo espectáculo ofreceré en el Otoño Cultural como algo especial.

-En el mundo  entero, según una encuesta entre mercadólogos, Manzanero es sinónimo de Yucatán. Entonces, ¿qué significa Yucatán para Manzanero?

-En primer lugar, Yucatán ha sido mi eterna bandera desde el día en que nací y mientras más lo conozco y más trato con gente que sólo me dice cosas halagadoras de Yucatán, me siento inmensamente feliz. Y por si fuera poco, la herencia cultural que traigo de los mayas es algo que llevo con mucho orgullo por el mundo.

-En este momento de su vida, ¿se siente en la cima del mundo?

-En realidad, la palabra cima no me gusta, porque es muy ostentosa, pero le puedo decir que a mis 75 años de vida creo que soy una de las gentes que está viviendo su tiempo más bonito, tanto como artista, como miembro de la Sociedad de Autores y Compositores y como hombre.

Manzanero respira y abre su corazón: “ Como hombre me siento muy realizado, muy tranquilo, muy en paz; con las dificultades que no faltan ¿verdad?, porque uno no puede decir que está en plenitud, porque uno como hombre de 75 años tiene sus achaques, pero son achaques normales y con los inconvenientes que se pueden sortear.”

-Un personaje internacional como usted ¿cómo le hace para no perder el piso?

-Imagínese, si tantos años de lucha cuesta  llegar a un sitio importante, que triste sería que cuando uno llegue se tenga que estar guardando. Esta situación la comparo con el artista joven, el artista sin experiencia, que está luchando por ser importante. Cuando ya es importante se pone lentes negros para que no lo vean, para que no lo reconozcan. Y el otro detalle, mientras está andando con alguien está caminando sabroso, se quiere exhibir para que uno diga, fulano está andando con sotana y cuando se casan se esconden para que no se entere nadie. Con eso comparto lo mío. Si la gente me busca tengo que dar lo mío. Tengo que responder.

-Maestro, esta es una pregunta difícil, tomando en cuenta que lo considero un gran amigo, pero la tengo que hacer, por la magnitud del tributo que recibirá pronto: cuando usted se nos vaya, ¿cómo le gustaría que lo recuerden?

-Así, como un trovador empedernido, como un tipo mal hablado porque no puedo vivir sin algún insulto que matiza nuestro idioma. Que me recuerden como un tipo común y corriente, normal, como un apasionado de la música.

Durante la entrevista, el tiempo se fue como agua entre las manos, pero dejó un perfume tenue, especial y nos hizo sentir… como en un paseo por las nubes.

(estherhuan@yahoo.com)

 

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