Page 16 - Revista Yucatán Abril 2022
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  da como uno de los principales atractivos del sureste, como los nombramientos de Capital Americana de la Cultura en el año 2000 y en el 2017, la denominación como Ciudad Creativa Gastronómica por la UNESCO en 2019, entre otras más.
Lo anterior, si bien le ha dejado grandes be- neficios a los meridanos, ha propiciado también que tengamos una cultura centralizada, dejan- do a los otros 105 municipios un tanto de lado, lo que responde a una falta de democratización del arte en Yucatán.
Muchos esperábamos un panorama esperan- zador con la transición presidencial, pues desde siempre se prometió un cambio en materia cul- tural que se apreciaba palpable, ya que dicho movimiento político recibió por mucho tiempo un gran apoyo de la comunidad artística. Cuál sería la sorpresa de muchos cuando se anun- ciaron recortes al presupuesto cultural para ser designado a otros mega proyectos que poco o nada tienen qué ver con el arte.
Ante estos panoramas, el año pasado tuvi- mos dos llamadas de alerta con la casi desa- parición del MACAY (Museo de Arte Contem- poráneo Ateneo de Yucatán) y la OSY, lo que nos habla de que nos encontramos ante un escenario en el que se deben realizar acciones destinadas a rediseñar las políticas culturales de Yucatán.
¡Necesitamos un mercado del arte!
Urge dejar de ver la creación artística como una actividad meramente recreativa y empezar a darle el valor que merece; engendrar una in- dustria cultural que se convierta en fuente de
empleos, ¡como ocurre con el turismo!
Y es que sería importante que los ayunta- mientos y el gobierno estatal analizaran la for- ma en donde las artes y el turismo trabajen de manera conjunta, pues al igual que otras acti- vidades económicas fundamentales, el turismo depende en gran parte del desarrollo cultural de Yucatán; ambos sectores comparten valores y públicos, y en definitiva, sumando esfuerzos podrían fortalecer sus capacidades de gestión.
De igual forma, hace dos años, la crítica de arte Avelina Lésper propuso una Ley de Mece- nazgo Popular a través de la cual se buscaba convertir al arte en un mercado deducible de impuestos y, de esta forma, generar una verda- dera industria del arte autosustentable que no dependa del paternalismo del Estado.
El objetivo de esta ley era el volver al con- sumo cultural un hábito social y, de igual forma, que las empresas pudieran realizar más dona- ciones y patrocinios al sector artístico sin esas trabas que hoy por hoy obligan a que sea solo un módico porcentaje en relación a los impues- tos que pagan... ¿Alguna novedad al respecto?
Más allá de su impacto social, es menester que el arte también empiece a valorarse en ci- fras... ¿o qué opina usted?, ¿considera que la actividad artística debería asumirse como una actividad económica?
Por lo pronto, quiero invitarle a que haga ruido con este tema, a que comparta sus puntos de vista y así se abra el debate entre más gente, esto podría ser la puerta de entrada hacia una vida más digna para nuestros artistas.
@FranFernandoMX
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