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“Viejos”, sencillo letrero y la gente ya sabe

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“Viejos”, sencillo letrero y la gente ya sabe

Lugar donde continúan la tradición de vender muñecos para celebrar Año Nuevo

Yendo sobre la calle 79, entre 52 y 54, se observa un letrero que dice “Viejos”, el cual indica el lugar donde desde hace 10 años se venden los tradicionales viejos llenos de bombitas, voladores y demás artefactos explosivos que serán incendiados para despedir el 2017 y dar la bienvenida al 2018.

En el lugar, la señora Angelita Vergara fabricó este año sólo 10 muñecos pues dijo que “hay mucha competencia”, aunque no toda es de la mejor calidad. Pero recordó que cuando empezó en ese negocio, porque alguien se lo recomendó, hizo 50 “viejos” y todos se vendieron de volada.

Los “viejos” representan una tradición arraigada en la entidad, pues son colocados la noche del 31 de diciembre en la calle y se les prende fuego, para hacer explotar bengalas, bombitas, voladores y todo lo que se le ponga en su interior para para dar la bienvenida al año nuevo.

—Antes hacía 15 o 20 muñecos, pero ahora sólo 10, aunque el primer año que alguien me dio la idea de hacerlos vendí 50, pero ahora hay mucha competencia, cuando antes sólo un señor que se ponía en la Avenida Juan Pablo II y yo vendíamos, señaló.

En su caso, estos muñecos que con su detonar recibirán el 2018, tienen un precio de 500 pesos, lo que es un precio accesible, ya que hay otros lugares donde se venden en 700, 800 o más, dizque por la cantidad de bombitas que llevan en su interior.
Los que elabora Doña Angelita, según comentó al reportero, llevan entre 200 y 250 explosivos como bombitas y otros, aunque dijo que no se le ponen petardos ni el llamado R-15 porque estos son muy fuertes y peligrosos.
—Hay otros que venden y dicen que le ponen muchas bombitas, pero no es cierto porque todo esto es caro y la gente no ve si en verdad lleva dentro lo que dicen.

—Luego han venido clientes que dicen que compraron en otro lado y que apenas tronó una bombita, pero en mi caso les decimos lo que es y que lo que lleva dentro el muñeco es para hacer bulla, pero si alguien quiere, se le puede poner más, comentó.
Recordó que había un señor que llevaba unas bolsas grandes de cuetes, bombitas y demás, y pedía que se le pusiera todo dentro del muñeco.

—Yo le decía que era mucho, que era peligroso, pero insistía y al final pues le decía que era bajo su propio riesgo, expuso.
Los muñecos se van preparando desde el mes de septiembre y octubre, cuando se empieza a conseguir una tela que sea barata, que sea de un color cercano al tono de la piel, y entonces se empiezan a costurar los muñecos y se les consigue también unas mascaras de viejito que se compran donde venden disfraces en el centro. advierten_para_evitar_accidentes_en_ano_viejo_20111226084345-682x512

Los viejitos incendiarios van bien vestidos y expuso que también todo el año va juntando ropa, la que ya no usa su esposo o sus hijos, y la va guardando para vestir a los viejos que todavía el día de ayer descansaban placenteros en la sala de su casa.
Todavía no han salido a la calle pero es probable que hoy ya estén afuera y listos para ser llevados y quemados el próximo día 31, que es el día bueno que la gente sale a comprar sus muñecos.

La entrevistada comentó que en esa calle se ha vuelto ya una tradición su venta y aunque a veces se ha desanimado y ha pensado en dejar el negocio porque ha bajado mucho, siempre hay alguien que exige su viejo.
El interior de los viejitos está lleno de explosivos, además de viruta de madera y periódico, para que prenda rápido, porque dijo que hay quien le mete trapos y otras cosas, pero eso no es conveniente porque sacará mucho humo.
Los rostros de los viejitos se ven vivaces, como pidiendo piedad para no ser quemados la noche del año nuevo, aunque no se salvarán. Pero los ojos son también diseño de su creadora, quien señaló que las máscaras como son de disfraz vienen huecas y ella se los tiene que hacer.

Los viejos que vende son comprados por vecinos y gente de otras colonias, pero es un hecho que el lugar se ha vuelto ya una tradición, aunque hay mucha competencia porque de hecho ya hasta se publicitan los famosos viejos en Facebook.
Doña Angelita dijo que la verdad no es tanto negocio porque ella no vende caros los muñecos y es honesta cobrando lo que es justo, por lo que no sale tanto de ganancia pero es ya una tradición que intenta continuar y que además divierte y hace pasar un rato agradable.

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