Los tuyos, los míos y los nuestros: breve inventario ideológico para comprender nuestro sistema político
Por Carlos M Hornelas Pineda.
Sólo en la política se puede aceptar que quien antes era tu enemigo acérrimo ahora sea tu aliado y viceversa. En un giro digno del guión más intrincado de la industria del espectáculo, ahora que es tiempo de votación para los óscares, lo que ante los ojos de los ciudadanos era un universo maniqueo que dibujaba dos polos irreconciliables, ahora se ve como una serie de diferencias sin mayor importancia.
El PRD hasta hace algunas semanas llamaba “presidente espurio” a Felipe Calderón, ahora establece una alianza con el PAN, que hasta hace poco calificaba a aquéllos como rijosos y a su candidato presidencial como “un peligro para México”. Lejos están los días en los que unos y otros se culpaban mutuamente por haber polarizado a la sociedad civil y exacerbar el encono de sus correligionarios. Ahora, en una unidad que ha sido calificada como “chaquetera” o “contra natura”, se alían versus el PRI, con candidaturas comunes en algunos estados. Van de la mano, pero ¿cuál mano, la diestra o la siniestra?
Así, el PRI, otrora tercero en la tabla de posiciones, regresa por propios fueros. En el pasado, en el origen del sexenio, este instituto político habría proporcionado a Calderón la posibilidad de tener el quórum necesario para poder tomar protesta en la ceremonia de transmisión de poderes, cuando se fincaba una alianza inicial entre ambos que no podría durar para siempre. Como sucede en la política: nada es para siempre.
Esto mismo es lo que recuerda el SNTE a la SEP presionándola para que cumpla con los rezagos ante compromisos adquiridos por las dos últimas administraciones panistas, poco antes del período de renegociación de diversas condiciones laborales. Nada es para siempre, recuerdan y pareciera que quienes negocian en la mesa fueran acaso el PAN y el PANAL. Anticipando el período electoral, han adelantado el rosario de peticiones que regularmente tiene lugar en mayo, mes de la maestra.
Sin embargo, la política actual no es un pleito entre pandillas ni mucho menos. Si uno se pregunta si los candidatos de unidad realmente lo son, aquí un dato para recordar: algunos candidatos del binomio PAN-PRD son ex priístas. No contentos con heredar funcionarios de regímenes emanados del partido tricolor, como en su momento lo fue Luis Téllez, ahora además importan priístas para presentarlos como propios. Incluso recordemos también que el PRD fue fundado por una fracción del PRI. Es como el regreso por el estrecho de Bering a la Pangea. Hay que reconocerle a Demetrio Sodi de la Tijera, en este sentido, ser un político de avanzada, lo único que le falta es ir por una candidatura tripartita.
No conformes con el enrarecimiento político de los partidos, ahora hasta el ejército opina sobre el particular. El Secretario de la Defensa Nacional, General Guillermo Galván en el día de las fuerzas armadas, dictó un discurso en el cual instruye o advierte a los institutos políticos: «Entendemos que el poder político es complejo y acumula varios intereses propios de su naturaleza, formas y fines. No obstante, en todo momento y circunstancia es necesario anteponer el apego nacional». Esta posición, nos regresa al siglo XIX en el cual el ejército era un verdadero actor político y tomaba el poder cuando no se ponían de acuerdo, recordemos la decena trágica en nuestro Centenario revolucionario.
¿Quién pensaría en estas uniones? ¿Quién pensaría que renunciaría al PAN el secretario de Gobernación? Éste Gómez Mont, quien cada vez se parece más a Rubén Aguilar, el vocero de otro presidente. Ahora el secretario de Gobernación hace lo suyo cuando defiende al presidente de lo que pudiera haberse interpretado al confundir a víctimas de la delincuencia en Juárez con pandilleros.
¿Qué parecido tendrá con el otro Gómez Mont, quien como abogado defendió a Carlos y a Raúl Salinas de Gortari (priístas)? Quien, recordemos, defendió a Moreno Valle y su canal 40 de los poderes fácticos y del gobierno.
Otro Gómez Mont, el que pidió hace tres semanas ante las cámaras de televisión al PRI que se uniera al proyecto nacional y aprobara la reforma fiscal a cambio de impedir las candidaturas de unidad. Otro Gómez Mont, el que defiende al ejército a ultranza y la guerra del presidente Calderón. Ahora renuncia al partido en el cual militaba. ¿Cómo Castillo Peraza, el mentor de Felipe Calderón? Éste Gómez Mont ¿no querrá regresar en el futuro?, ¿Cómo Ana Rosa Payán? ¿O estará pensando candidatearse ciudadanamente a través de un voto nulo?
