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Yucatán, la gran locación

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Yucatán, la gran locación

El actor cubano William Levy
El actor cubano William Levy

Por Virginia Carrillo.

A una semana del espectacular II Informe Ciudadano –en el sentido de “luces, cámara, acción”-, de la gobernadora Ivonne Ortega y del anuncio de que será el 31 de octubre el día de la presentación de Sarah Brightman en Chichén Itzá, se acumulan los signos que confirman que Yucatán, poco a poco y como no queriendo la cosa, se ha estado convirtiendo en una gran locación…

Por lo visto se hará costumbre que Chichén Itzá sirva como telón de fondo para conciertos masivos, aunque para ello sea necesario por un lado, pasarse por el arco del triunfo advertencias de expertos –incluyendo a los del INAH- respecto a los daños que producciones de tal magnitud pueden causarle a la zona arqueológica y por otro, cerrar los ojos ante problemas de carácter social y económico muy severos, como la presencia invasiva de vendedores de artesanías en su interior y la pobreza de la etnia maya que habita los alrededores del emblemático asiento prehispánico.

Pero la vocación que Yucatán parece tener como locación, se pone de manifiesto en otros sitios de su territorio: Valladolid, Celestún, Cuzamá con sus cenotes y la misma Mérida ofreciendo como escenario parques, casonas antiguas y avenidas. Televisa ha venido a Yucatán en los últimos años para la realización de telenovelas suyas como Apuesta por un amor (2004), La madrastra (2005), Un gancho al corazón (2008) y Sortilegio (2009) y de programas de entretenimiento como Hoy. También a TV Azteca le ha servido en meses recientes para su emisión estelar de noticias de la farándula, Ventaneando, que conduce y produce Paty Chapoy. Hecho que no revestiría mayor relevancia, considerando que la televisión es por antonomasia imagen y este estado como otros del sureste, resulta ideal para ello por la belleza que caracteriza sus paisajes naturales tanto como su arquitectura.

Pero el asunto toma otro cariz cuando se mira que para la realización de las producciones de estas empresas mediáticas estén de por medio contratos comerciales con el gobierno estatal que hayan incluido, por ejemplo, hasta la construcción de un CRIT (Centro de Rehabilitación Infantil Teletón) que significó una inversión muy costosa para el estado y que lo endeudó con la televisora de Emilio Azcárraga Jean por varios años. El cumplimiento de un deber del gobierno, la atención a la infancia con discapacidad, intermediada por una muy cara empresa de la iniciativa privada.

Sin embargo, la relación comercial Gobierno de Yucatán-Televisa, tiene otros alcances que la misma Ivonne Ortega ha vertido en la opinión pública: “la promoción del estado”… El gobierno yucateco compró a Televisa espoteo para la campaña correspondiente al II Informe Ciudadano, de lo cual la gobernadora declaró que ha obtenido buenos resultados porque la gente de otros sitios en sus viajes la reconoce y pregunta por los sitios arqueológicos que aparecen como fondo en los promocionales televisivos.

Televisa es una maquinaria de hacer estrellas y al parecer el contrato también abarca la tarea de convertir a nuestra gobernadora en una luminaria de la telenovela llamada Yucatán, en el personaje protagónico de una historia entrañable para el público que consume como en todo melodrama lágrimas, enredos, antagonistas y por supuesto un final feliz. En México se han borrado los horizontes que separaban a las figuras políticas de las figuras del espectáculo, ahora los territorios están unidos, unión que bien simboliza la pareja del momento: Angélica Rivera-Peña Nieto.

El marketing político que todo lo sabe y todo lo puede, ha visto como táctica eficaz que entre los invitados de honor al Segundo Informe estuvieran los actores William Levy y Jacqueline Bracamontes, la productora Carla Estrada y el presentador de escándalo, Fabián Lavalle “Fabiruchis”. Total, al pueblo le seduce escuchar en los programas de chismes faranduleros comentarios como el de la periodista Ana María Alvarado quien aseguró que a nuestra gobernadora “le temblaron las piernitas” al bailar con Levy (el atractivo cubano) y que ahora que está guapísima puede usar “vestiditos entallados”.

A segundo plano pasaron la investidura y la solemnidad para dar lugar al fashion show y la celebridad. «Migraciones culturales” dirán los científicos sociales…

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