Por Carlos M. Hornelas Pineda.

El pasado 5 de abril, el presidente Calderón presentó su iniciativa para “darle dientes” a la Comisión Federal de Competencia, a través del fortalecimiento de sanciones que disuadan a la industria en general a no caer en prácticas monopólicas.

“Por eso he propuesto al Congreso de la Unión una reforma en materia de Ley de Competencia, que nos permita que las condiciones sean parejas para todos y que prevalezca en la competencia ordenada el interés del consumidor, que tiene derecho a contar con mejores precios y con mayor calidad en condiciones que sólo la competencia justa puede proporcionar” señaló el mandatario. Llama la atención que su propuesta se haga en período de Pascua, con la consabida asistencia del Congreso de la Unión y a unos días de finalizar el período de sesiones.

Los anunciados dientes de la Comisión, en este, como en muchos otros casos, parece que son “dientes de leche”.  La impunidad que existe en todas las esferas de la vida pública proporciona serias fuentes de duda ante sus buenas intenciones porque la justicia aparece hoy más que siempre como una mera cuestión discrecional.

Para muestra basta un botón, reza el refrán. Tv Azteca, es una de las empresas emblemáticas en materia de impunidad con el consentimiento de diversas instancias que, con dientes y todo, no alcanzan a morder para imponer el orden. El año pasado, durante el proceso electoral, la empresa rechazó en un primer momento la relación de pautas de transmisión de los spots que por ley tenía la obligación de transmitir en los tiempos designados para tal efecto (COFIPE Artículo 350 Inciso c) y finalmente, no cumplió con la ley sin que existiera consecuencia alguna.

De acuerdo con el IFE, en un comunicado fechado el 10 de marzo, la televisora no ha cumplido con el pago correspondiente a las sanciones emitidas por ese organismo, de tal suerte que  faltaba por integrar al Servicio de Administración Tributaria la suma de 35 millones 584 mil 166.48 pesos.

El mismo comunicado desglosa más adelante que “Por lo que respecta al resto de las sanciones a la televisora y que no han causado estado, se informó que el monto económico asciende a 196 millones 677 mil 252.89 pesos. Se indicó que están siguiendo los trámites correspondientes para que en su momento, y de ser el caso, se requiera la intervención del SAT para su cobro”. No obstante, Tv Azteca ha arremetido una y otra vez en contra del IFE sin que la razón le asista y se ha negado sistemáticamente al pago de las sanciones.

¿Sería el SAT tan condescendiente con cualquier contribuyente que no cumpliese por capricho con el pago de la tributación correspondiente? ¿O será que la televisora debe recibir un trato preferencial, discrecional, tasando así a los ciudadanos como transgresores irredentos mientras que las televisoras tienen la oportunidad de decidir los tiempos y formas de cumplir con sus obligaciones?

Desde el inicio de su gestión, el presidente Calderón se manifestó como un firme partidario de la equidad de las condiciones de competencia en diversos rubros. Incluso, en esa etapa trascendió la voluntad política de abrir la posibilidad de licitar parte del espectro radioeléctrico y dar la entrada a nuevos competidores en beneficio del usuario. No obstante, a pesar de existir interesados en la materia, después de cuatro años de gestión, no hay nada nuevo en esta materia.

Por el contrario, el sector de las telecomunicaciones cada vez está más concentrado y actualmente se diversifica con los mismos protagonistas de siempre. A pesar de las evidentes transgresiones a la ley, de las sanciones que no surten efecto para tales conductas y de la posibilidad de revocar concesiones por incumplimiento; a pesar de la existencia de posibles competidores que hagan el uso adecuado de este bien público; y a pesar también de los dientes de diversas disposiciones, finalmente el Estado no muerde: adolece de una incapacidad para administrar sanciones.

Quedará pendiente saber si con las iniciativas que se han presentado en el Congreso de la Unión la situación puede cambiar. Estaremos pendientes porque de cualquier modo la política económica y la legislación de los medios son elementos básicos en la consecución de una verdadera democracia. Calderón no necesita dientes, carece de colmillo.