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Suprema actualidad en THX1138

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Suprema actualidad en THX1138

ALUCINE

thx1138-2

Por Alejandro Pulido Cayón

Ya casi se cumplen 40 años desde su estreno. Dotada con un poderoso discurso visual, mantiene una actualidad pasmosa; tanto así, que bien pudo haberse filmado en esta década. Concebida como una cinta que habla del futuro, termina por ser metáfora del presente. De hecho, la concepción de la sociedad futurista que se presenta en THX1138 resulta hipérbole de la enajenación masiva del siglo XXI.

A George Lucas se le reconoce por clásicos como la saga de Star Wars, o por su contribución en Indiana Jones, además de muchos otros trabajos de índole ultracomercial; sin embargo, su obra más íntima es la que, sin duda alguna, significa lo más sobresaliente de su producción, a grado tal que es inobjetable su vigencia a pesar de las cuatro décadas que lleva a cuestas.

Protagonizada por Robert Duvall, THX1138 fue estrenada en 1970, justo cuando la Guerra Fría estaba en uno de sus puntos más altos. El cine de ciencia ficción había sido revolucionado con dos grandes producciones, una por cada bloque. 2001: Odisea del Espacio, de Kubrik, abrió brecha para las reflexiones desde ese género; su respuesta, Solaris, de Tarkovsky, ahondaba más en conflictos existenciales.

Ambas cintas partieron de la literatura. En el caso de 2001, el guión se basó en el cuento “El Centinela”, de Arthur C. Clark; mientras que Solaris fue adaptada al celuloide a partir de la novela homónima de Stanislaw Lem.

Con esas obras precediéndola, la propuesta del joven Lucas no tenía otro remedio que construirse a partir de una síntesis, la cual desembocó en una elaborada exageración sobre lo que podría ser el destino final de los humanos en una era postapocalíptica. A diferencia de las antecesoras mencionadas, THX1138 fue concebida para ser filmada, lo que permitió mayor libertad a su creador.

Coescrita con Walter Murch THX1138 presenta una sociedad en la que el fascismo se ha extendido a niveles insospechados. Para mantener el control de la población, se recurre al uso constante y obligado de drogas, lo que a su vez favorece la producción masiva y les impide el relacionarse sentimentalmente.

Podría decirse que hay fuentes muy claras en la concepción de esta cinta. Bien visto, le queda un resabio de “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley, así como de “1984”, de Geroge Orwell. En la primera de esas novelas, la integración social era posible gracias a las drogas y un rígido sistema de castas. En el caso de la segunda, la prohibición del amor entre los humanos, al igual que la vigilancia constante sobre la vida privada, eran ejes para el desarrollo de la trama, mismos que subsisten en la creación de Lucas.

El protagonista, cuyo nombre da título al filme, aparenta estar bien acoplado al tiempo que le correspondió vivir. Se le ve como un devoto de la religión imperante. Produce tanto como sus compañeros obreros. Al igual que todos los sujetos de ese mundo, comparte una pulcra habitación con LUH3348, quien, en un acto de suprema rebeldía, abandona el tratamiento con químicos al que los tienen sometidos. La suspensión de los fármacos desemboca en una relación clandestina entre esos personajes, hecho que contraviene todas las disposiciones legales.

El amor prohibido, en ese régimen de supremo fascismo, obliga a que THX1138 sea reasignado a otra vivienda, en la que habrá de integrarse con su nuevo compañero, SEN, lo que representa una real catástrofe que hace caer al héroe en una terrible prisión. Y es que el amor, como un valor universal, hace avanzar la trama y los cuestionamientos a la organización altamente industrializada de nuestro mundo, que poco ha cambiado en ese aspecto desde 1970.

Ese discurso encuentra un sólido respaldo en el trabajo visual, que de manera magistral y minimalista enmarca la acción. El color blanco adquiere una significación suprema, alejada de la idea de pureza que por regla se le atribuye, ya que sirve para representar el inmenso vacío humano de los habitantes de esa distópica sociedad.

Son casi 40 años los transcurridos desde su estreno. Cuatro décadas. Pero parece que fue ayer cuando se filmó THX1138. Lo mejor que ha hecho George Lucas.

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