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La educación salvará a México

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La educación salvará a México

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Por José Luis Preciado.

Bill Gates despertó un día y se vio a sí mismo como el hombre más rico del mundo. El espejo le devolvió una realidad, ser rico no era la mejor de las experiencias para un hombre de su estatura, cuidar de su enorme caudal, incrementarlo para seguir jugando en la revista Forbes –publicación que posee la lista de los principales millonarios- todo esto le pareció una pérdida de tiempo y de oportunidades de vida. Un día saltaría a la cancha otro más rico y así por el estilo, la escalera es demasiado alta, entonces anunció que dejaba su empresa, Microsoft, sí, William Henry Gates III se convirtió en el presidente de la empresa y junto con Melinda Gates creó la Fundación Bill y Melinda Gates dedicada a reequilibrar oportunidades en salud y educación, tanto a nivel local como en aquellos lugares donde no existen situaciones económicas favorables. Por estas razones recibieron el premio Príncipe de Asturias y de Cooperación Internacional 2006.

 Hoy se dedica a compartir de manera generosa sus experiencias, uno de los campos donde ha estado metiendo la mano y recursos es en la educación; porque es en ese sitio donde se encuentran casi todos las respuestas -si no es que todas- a lo que nos pasa en los países del mundo. Gates entiende que no se puede lograr ningún tipo de desarrollo sin la educación, y pone los puntos sobre las íes, al ubicar a su patria, los Estados Unidos, como una nación atada al pasado, donde se sigue enseñando en el modo industrial, cuando ahora los países vanguardistas como Finlandia, Corea o China, enseñan en la era del conocimiento. Hoy Estados Unidos se encuentra estancado. Lo ha dicho Gates preocupado por esto. Y asegura que si se rectifica se verán los resultados en los próximos 15 años, pues no se puede ser impaciente para obtenerlos. Todo empieza por los maestros y la evaluación. Si ese es el panorama en los Estados Unidos y es la voz potente y creíble del señor Gates la que está chasqueando como látigo sobre la espalda del gobierno americano, piense un poco y dígame: ¿Qué hacemos en México para comenzar a revisar nuestro sistema educativo?… así no podemos competir, ni siquiera con mano de obra barata. ¿Dónde están los ricos mexicanos que exigen mejores trabajadores, pero no dan pasos necesarios para apoyar su educación? Si no contamos con el sindicato de Elba Esther Gordillo -uno de los mayores males que tiene este país-, contemos con nuestra clase empresarial, opinión pública, gobiernos y sociedad y llegará el día en que solos allá en su paraíso, los líderes sindicales y su maestra se unan a la sociedad y empecemos a cambiar la historia de este país. No perdamos la paciencia, pero tampoco el tiempo.

 

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