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En lo oscurito, pero por TV

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En lo oscurito, pero por TV

Por Carmen Garay

cleominio-zoreda

“Lo que no ha pasado a mediodía, puede pasar por la noche” César Borgia

En el Congreso son fieles a la tradición: nos espantan los días de muertos con la miscelánea fiscal para el año entrante, no sin antes repartirnos buenas dosis de ficción, terror y misterio. No es una película, es la triste realidad de México y sus representantes populares que sirven a lo intereses empresariales.

Tanto o más que el plan recaudatorio desigual, es insultante el modus operandi de nuestros legisladores: a última hora, sesiones maratónicas de madrugada en las que apenas ponen atención a quien tiene uso de la palabra y llegan al límite de la indiferencia votando y, acto seguido, preguntando “¿qué fue pues lo que se votó hace unos momentos?”.

De esta exhibición perturbadora del quehacer legislativo a la mexicana, pudimos ser testigos por televisión. El canal del Congreso transmitió ininterrumpidamente la asamblea del Senado en las primeras horas del 1 de noviembre que revisó y dictaminó la propuesta de los diputados; y posteriormente el rechazo de los diputados a las mínimas correcciones de la cámara alta.

Todos pudimos verlo pero muy pocos lo hicimos porque precisamente a esa hora estamos dormidos, aunque quizá ya lo estemos permanentemente. Existen muchos mexicanos que ni siquiera imaginan el espectáculo de ver dispensas consecutivas de segundas lecturas de dictámenes e iniciativas de ley, tantas, que al secretario del Senado, Cleominio Zoreda, en votación económica le pareció mayoría sólo una tercera parte de los asistentes y dio lugar a protestas y conteo electrónico.

Pero estuvo trabajando, lo vimos. Igual que vimos a los líderes panista y priísta pegados al teléfono celular itinerante que, según ha trascendido en medios nacionales, mantenía a la telebancada verde muy pendiente de lo que ocurriera con el artículo 244e de la Ley de Derechos. Pero no pasó a mayores la sensata propuesta de Javier Corral (diputado), Pablo Gómez y Ricardo Monreal para que los ganones de nuevas concesiones de telecomunicaciones paguen desde la adjudicación: los diputados ya dispusieron la vacatio legis de dos años y dejan que se esfumen así, más de 5 mil millones de pesos.

Tanto para nada. No fue mucho lo que corrigieron los senadores, pero las ínfimas modificaciones se toparon con quien efectivamente dictamina y encamina los destinos de nuestro país. Ni diputados ni senadores llevaron más allá el tímido llamado del presidente Calderón cuando balconeó  a la clase empresarial: “está bien que tengan actividades filantrópicas, patrocinen eventos deportivos y culturales y nos regalen equipos médicos, pero también paguen aunque sea una parte de los impuestos,”

Y es que, aunque no lo creamos, los 400 grandes empresarios mexicanos apenas pagan 1.7 por ciento de impuestos. Eso sí, con estricto apego a la ley que hace más de 30 años sentó las bases de un status quo que nos hunde en la desigualdad social; un marco legal que son los legisladores quienes pueden y deben cambiarlo. No pasó nada.

Así, este martes 3 de noviembre en la sesión plenaria de la cámara de Diputados se terminará de preparar el veneno que nos mata lenta pero inexorablemente, con los mayores privilegios para un puñado de grandes empresarios,  la pobreza para más de 50 millones de mexicanos y una clase política que peca de obra y omisión. ¿Hasta cuándo?

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