Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

El tiempo que hemos perdido

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

El tiempo que hemos perdido

dinosaurio

Por José Luis Preciado.

“Y cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí”. Es el cuento más corto del mundo, con el significado más profundo de lo que uno pudiera imaginar, es obra del escritor Augusto Monterroso. En estas cuantas líneas se retrata todo el sueño y la fatalidad de un continente, país por país, padecemos el mismo síndrome de la humillación ante el poder que se traga todo.

El dinosaurio tiene mil caras, es el político, narco o crimen organizado, desempleo, la miseria maximizada frente a la opulencia, analfabetismo y desesperanza.

Yucatán respira tranquilo –ojala por mucho tiempo- en cuanto a inseguridad, pero tiene muchas deudas pendientes con su gente, empleos, pocos y mal pagados, la pobreza cambia el rostro y se transforma en miseria, que son dos cosas distintas; pobreza común es dura, pero crea vínculos sociales entre los individuos y sus familias, redes y tejidos sociales y familiares que apoyan el trance, en cambio la miseria es una desigualdad brutal, concentrada en un mismo territorio, es violenta y humillante, rompe o deshace cualquier intento de construcción compartida.

Un buen político debe saber que con el crecimiento de su pobreza o miseria crecerán también todos los problemas sociales, que incluyen la violencia generalizada.

Padecemos la falta de obra que detone el empleo y haga circular la economía; vocación de estado, saber qué queremos o cómo lo vamos a conseguir, eso es vital para saber que el rumbo es correcto, padecemos gobiernos ineficientes, hechos de amigos y familiares que sólo buscan el provecho personal, nunca el colectivo, abajo nada más llegan las migajas del bufet quinquenal, se confunde lealtad con eficacia, se está dispuesto a defender con todo al mal funcionario en aras de no fallarle como amigo.

Se ha perdido tiempo precioso en la construcción del Yucatán con el que soñó Víctor Cervera, quien colocó las bases, mismas que hoy ya se han oxidado u olvidado. 

En el 2012 otra vez vamos a despertar junto al dinosaurio, ese mismo que nos cantará al oído una canción de cuna electoral y nos pedirá que volvamos a dormir o nos comerá, total nunca se irá de nuestras vidas. Total, somos parte de la trinidad latinoamericana: violencia-corrupción-pobreza.

 

 

Facebook
Twitter
LinkedIn