Mérida, Yucatán, a 15 de marzo de 2010.- Las candidatas a la alcaldía de Mérida de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Zavala Peniche y Angélica Araujo Lara, respectivamente, coincidieron en basar sus campañas en propuestas, pese a que ningún instituto político ha signado el Pacto de Civilidad propuesto por el IPEPAC.

Previo al inicio de las campañas constitucionales, el Instituto de Procedimientos Electorales y Participación Ciudadana (Ipepac), turnó una oferta de Pacto a los ocho partidos políticos inscritos en el actual proceso, pero hasta ayer se carecía de respuesta.

Cuestionada sobre el particular, Zavala Peniche sostuvo que “las normas electorales tienen que cumplirse, y si el Ipepac determina que esto se firme, pues así lo hará mi partido, o la campaña si así lo considera el organismo electoral”.

“Nuestra campaña siempre ha sido civilizada, así como mi comportamiento como política, y desde luego ahora será de mucho respeto a los ciudadanos”, afirmó la abanderada panista.

Sobre el particular, Araujo Lara se dirigió a la ciudadanía y dijo que “pueden estar tranquilos; soy una persona que lo he podido demostrar en las pasadas oportunidades que he tenido, de que a mí me gusta presentar propuestas, asumir compromisos puntuales, soy de trabajo, que sabe conciliar, coordinarse y eso es muy importante”.

“Lo que he escuchado de la gente es que lo que menos quieren es vernos peleando, enfrentados, eso a la sociedad ni le agrada ni siente que le sirva para algo. Me ha quedado muy claro, escucho mucho a la gente, y si uno a lo que aspira es a la confianza y aceptación, lo menos que se puede hacer es apegarte a lo que ya dijeron”, agregó la candidata priísta.

En lo que va del actual proceso electoral, que culmina en los comicios del 16 de mayo próximo, se han registrado algunos incidentes que llevaron a los actores políticos a plantear la necesidad de que se suscriba un Pacto de Civilidad Política, toda vez que, a diferencia de anteriores campañas, ahora se pretende que predominen las propuestas y el debate, por encima de las descalificaciones y ataques personales.

Fue en el proceso federal de 2006 cuando surgió en México la llamada “guerra sucia” en materia electoral, lo que llevo a una reforma en la que se prohibió a particulares la contratación de medios masivos para hacer proselitismo o propaganda, sobre todo la llamada “de contraste” que ataca directamente a un partido político y a sus candidatos.

Sin embargo, hasta el momento se carece de una regulación que impida otras formas de propaganda que puede resultar en descalificaciones a los contendientes a través de internet, impresión de playeras o volantes, de ahí, entre otros motivos, que el Ipepac haya convocado a la firma del Pacto de Civilidad.