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Amenaza al periodismo

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Amenaza al periodismo

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Por Eduardo Lliteras.

Los mandatarios de México, Honduras y Colombia coincidieron en esta ciudad por la cumbre de la 66 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. Esos tres países, en ese mismo orden, encabezan el listado de asesinatos de periodistas en el Continente Americano, por lo que debemos inferir que la presencia gubernamental obedece al interés por afrontar esta gravísima situación más allá de los discursos. Aunque bien sabemos que lo que prevalece son los discursos de pompa y circunstancia. Es decir, vacíos.  En Colombia, por ejemplo, persiste la amenaza paramilitar, la intimidación y la autocensura a la que se ven obligados los periodistas locales. En el presente año han sido asesinados 2 periodistas.

En Colombia las autoridades al más alto nivel están involucradas en presiones y amenazas a los medios.

Honduras, recién salido de un Golpe de Estado y con instituciones cuestionadas por no decir antidemocráticas, suma en lo que va de 2010 nueve asesinatos de periodistas. Es junto con México, el segundo país más peligroso del continente americano para los periodistas y uno de los más peligrosos del planeta. En estos países simplemente no se puede hablar de libertad de prensa, cuando escribir se traduce en morir a balazos. En Honduras o en México. En la SIP, olvidaron el caso de Honduras durante las condenas que lanzó su presidente quien condenó a Cuba, Venezuela y Ecuador pasando por alto también los crímenes cometidos contra la prensa por Estados Unidos, país que durante sus operaciones militares en Irak asesinó a decenas de periodistas y permanece impune.

En el presente año, en México, han muerto asesinados 12 periodistas y desde el año 2000, 68 profesionales de los medios de comunicación han perdido la vida en México y once se encuentran desaparecidos desde 2003.   Felipe Calderón aseguró en Mérida que su Gobierno no censura a nadie ni impone mordazas, aunque ha sido incapaz de resolver uno solo de los casos de periodistas asesinados durante su mandato; ya ni decir nada de los 68 asesinados durante los 10 años de panismo y los 107 muertos desde 1987. La impunidad es lo que prevalece en el país, por lo que decir que la libertad de prensa se respeta en México es por lo menos una burla, sangrienta. Más bien, la libertad de prensa ya no existe en gran parte del territorio nacional.  

El presidente achacó los crímenes contra la prensa a la delincuencia organizada, sin embargo, se sabe que el narco ha infiltrado al poder político y el panismo no ha sido ni es impermeable a ello.  Y que los crímenes no sólo son presuntamente ordenados por la delincuencia organizada sino también desde el ámbito político, con diversas motivaciones. La violencia agobia a la nación y a los medios y su origen no es sólo el narco. Afirmar que los medios deben marchar detrás de la estrategia guerrera del Gobierno es prefigurar un escenario de censura y dominio político de las redacciones intolerable en una democracia. El peor ejemplo de esto fue lo que ocurrió en Estados Unidos durante el mandato de Bush hijo y la invasión de Irak. Con el pretexto de la guerra al terrorismo nadie cuestionó la invasión y los resultados siguen arrojando violaciones a los derechos humanos y otras atrocidades en Irak. La prensa, como el New York Times, tuvieron que hacer un mea culpa por haber obedecido al presidente ciegamente, sin cuestionarlo, publicando todas sus mentiras primero para justificar la guerra y después ocultando sus crímenes de guerra durante la invasión y ocupación de Irak.  

 

Tampoco se ha preocupado el Gobierno de Felipe Calderón de reformar el tema de la publicidad oficial, la que sigue siendo asignada a discreción por los tres niveles de Gobierno en todos los Estados del país.  

No se puede olvidar el caso por ejemplo, de Monitor, desaparecido por venganza de Fox y por el que Calderón no ha movido un dedo. O la persecución contra las radios comunitarias en el país y el cierre de numerosas de ellas. Por citar dos casos, pero hay más, y en ellos también está la mano del Gobierno Federal. Aunque no sólo su mano, evidentemente. 

Por último, cabe recordar que Reporteros Sin Fronteras señala que en Afganistán, Paquistán, Somalia y México la guerra y una cultura de la violencia y de la impunidad, provoca que la prensa sea uno de los principales blancos de la violencia. Así las cosas con la prensa en éstos países. La impunidad, de hecho, es la clase para que los criminales sigan cometiendo sus asesinatos. Y no sólo de periodistas. En México, sólo el 1 por ciento de los delitos termina en alguna condena. Pero además de muertes hay presiones, chantajes, golpes y una serie de agresiones hacia los periodistas que son inclusive cotidianas como el espionaje telefónico. Esto sin contar el uso a discreción de la publicidad gubernamental para obtener medios domeñados, a modo. No te pago para que me pegues, es lo que prevalece. 

Email: infolliteras@yahoo.com.mx  

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