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Una gasolinera en el vivero de Cholul

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Una gasolinera en el vivero de Cholul

gasolinerasPor Eduardo Lliteras Santiés

El Ayuntamiento de Mérida, al parecer, agotó sus capacidades de negociación con el propietario del histórico vivero Las Orquídeas, un canadiense de nombre William, quien ha decidido, tras casi 3 décadas de explotarlo, venderlo al mejor postor, para que construyan lo que quieran. Desde una gasolinera a un centro comercial o un nuevo fraccionamiento. O todo combinado, al estilo de lo que ha sido el crecimiento de Mérida en las últimas décadas: el caos, ganancia de especuladores y fraccionadores sin escrúpulos ni interés, por quienes compran sus casas ni por la misma ciudad.

El Ayuntamiento de Mérida, al igual que la Comey, se acercó al propietario del vivero. Y éste, simplemente los mandó a freír espárragos. Es decir, a tomar el aire por otro rumbo. William alega que tiene derecho a hacer con su terreno lo “que él quiera”. Pero se le olvida, y se lo hicieron ver las autoridades municipales, que existe un plan de desarrollo municipal. Que impediría, por ejemplo, los planes de construcción de una gasolinera. La que de todos modos podría ser aprobada por algún juez federal corrupto, como muchas de las gasolineras erigidas en la ciudad, en lugares súper poblados. Pronto podríamos despertarnos, cualquier día, con el ruido de los trascabos derrumbando palmeras frondosas, añejos árboles, para construir una gasolinera de la Exxon, de la Shell o de la Chevron, ahora que viene la privatización del sector petrolero, desde la extracción hasta la distribución y venta. Es el progreso, según la versión de quienes dominan la vida del país.

A William le ofrecieron las autoridades una permuta de su terreno. Pero la rechazó. La Comey le hizo otra oferta. Y también la rechazó. Tampoco le interesa explorar las posibilidades que ofrece la Semarnat. Él está convencido de las bondades de vender el terreno ante el crecimiento de los precios de la tierra por el aumento de la especulación inmobiliaria.

Pero en Cholul hay más problemas, además del avance violento de los fraccionamientos y del tráfico.

Hay una oleada de robos que la autoridad, de todos los niveles, no ha podido contener. El pasado fin de semana ladrones se introdujeron a la iglesia de Cholul. Y desordenaron la sacristía en búsqueda de dinero. El que no hallaron.

Pero los robos no se circunscriben a la iglesia o negocios en la plaza de Cholul. Sino a casas habitación de toda la zona. Los reportes no cesan de llegar, todas las semanas. Sin olvidar el pandillerismo, la miseria, el hambre de buena parte de la población.

Dice mi muy estimado amigo Sergio Grosjean en un artículo publicado en un medio local que hay tensiones entre personas venidas de fuera. Y los habitantes de Cholul, de siempre. La primera tensión, es con el propietario del vivero (canadiense de nacimiento). Por su intensión de erigir una gasolinera o un fraccionamiento o ambos, en el terreno que hoy es todavía un bosque.

Pero hay otros problemas, en los que al menos yo personalmente, que habito en Cholul, no me he visto inmiscuido. Por ejemplo. Dice Grosjean que hay gente que se queja de los voladores, lanzados a toda hora, inclusive de la madrugada, porque afectan a sus mascotas. Y el sueño de las personas que trabajan, a diferencia de quienes lanzan cohetes a la 1, las 2, las 3 o las 4 o 5 de la madrugada.

De eso, apenas me entero. Pero sí he sabido de las quejas de nuevos llegados por la basura. Y del enojo, por el reclamo, de habitantes de la comisaría. En éste tema, yo diría que la suciedad, la basura, no es un uso y costumbre. ¿O sí, amigo Sergio?

Decir que quienes vienen, o venimos de fuera, debemos marcharnos de Cholul, porque pretendemos que la comisaría mejore, es en el mejor de los casos una agresión que en nada ayuda a la convivencia. Por el contrario. Como tampoco la irrupción de personajes en coches de súper lujo, inmensos, a toda velocidad en la comisaría. Muchos de ellos, no “fuereños”, amigo Sergio, sino yucatecos, avecindados en Cholul, desde hace tiempo.

Cholul, tiene muchos problemas. Pero hasta ahora, hay que decirlo, no hay nada que haga pensar que algo va a cambiar a mejor. Por el contrario. No hay obras programadas. Por ejemplo, de un parque. Ni tampoco de rescate de la agredida, y en vías de extinción, ciclo vía de Cholul.

Pero hay más. Mucho más.

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