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Políticos solistas

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Políticos solistas

281112577af71b2medMal han de andar las cosas cuando el alcalde de Mérida levanta la voz en medio de las campañas políticas y pide a los ciudadanos que lo defiendan -ya no sabemos si a él o a la ciudad- de lo que llama «ataques orquestados» desde el palacio de enfrente o del PRI. Dice que, como nunca, le han estado lloviendo denuncias para que pague de una vez y en una sola exhibición laudos que vienen arrastrando desde hace 15 años, esto en favor de cinco ricos de Mérida que reclaman devolución de predial, culpa de aquel Secretario de Finanzas Rafael Casellas (época cerverista); luego el asunto de las lámparas (pleito con ABC Leasing), que también va a tronar por estos días, entre otras cosas más que andan calientes y apuntan al municipio.
Renán Barrera, alcalde de Mérida, pasa por una mala racha y de allí vienen sus pesares y sus achaques; esta «defensa de Mérida» debió emprenderla su partido, el PAN, sin embargo, al parecer al alcalde le pasa lo mismo que al ex gobernador de Yucatán Patricio Patrón: se han quedado solos y caminan por un sueño, o adormilados en medio de la orfandad política. Patricio Patrón hizo, muy solo, una caminata por el hospital de Tekax, por allí en el camino se le iban uniendo el legislador Sergio Chan Lugo y alguno que otro más y párele de contar (Y eso que estamos hablando de un ex gobernador, el primero y el único que han tenido los panistas).
Ahora, el alcalde Renán Barrera da la impresión de que padece del mismo mal, las soledades políticas, esa plaga bíblica que vuelve intratables a los que detentan el poder, incluso con la corona aún puesta sobre las sienes. Muchas veces le hemos preguntado al alcalde qué hará cuando sea ex. Las respuestas han sido muy domésticas: criar un libro, sembrar un hijo, escribir un árbol; o como dijo el ilustre Peña, ya me enredé yo solo.
Renán Barrera no le atinó a la canasta premiada, buscó -al estilo Marcelo Ebrard- una diputación federal; el PAN nacional lo bloqueó, al parecer por invocar al santo equivocado, luego volvió a la base de Mérida por una diputación local, pero el lugar estaba ocupado por Raúl Paz, y ahora la única salida para poder tener esa protección -o al menos esa generosidad panista de la que tanto presumen-, es la silla del comité estatal de ese partido.
De última hora, sacó un as bajo la manga y en un acto desesperado y pienso que tardío, fue esa convocatoria a todos los que aspiran por la alcaldía, para que vayan al municipio y se enteren de primera mano cómo andan las cosas por allí: economía, servicios, política, comisarías, etcétera. Lo más probable es que nadie vaya; Vila ya pasó por allí. El siete de junio está a la vuelta de la esquina y esa silla quedará ocupada.
Ya queda poco tiempo para salir de dudas.

Por José Luis Preciado.

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