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Manuel Polanco: la historia de un naufragio de hace más de 200 años en Quintana Roo

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Manuel Polanco: la historia de un naufragio de hace más de 200 años en Quintana Roo

En esta ocasión, queremos compartir la historia de Manuel Polanco, un naufragio que ocupa el puesto número 70 en la lista de vestigios subacuáticos registrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en México.

En la reserva natural Banco Chinchorro de Quintana Roo, se encuentran los restos de un velero que ha sido bautizado como Manuel Polanco, siendo este el pecio número 70 registrado por la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La historia

Los pescadores, que navegan diariamente por Chinchorro para su sustento, tienen un conocimiento profundo de la zona. Exploran las aguas del Caribe en busca de peces, langostas y caracoles que luego venden en Mahahual o Xcalak. En algunas ocasiones, tienen la fortuna de encontrar contextos arqueológicos sumergidos.

© Cortesía: SSA-INAH

Manuel Polanco es un claro ejemplo de esto. Aunque ahora retirado de la actividad, en las décadas de los 60 y 70, descubrió los restos de varios naufragios, incluyendo dos de los más emblemáticos en Banco Chinchorro: «40 Cañones» y «Él Ángel».

Este pescador octogenario también se ha destacado por ser un colaborador activo en la protección del patrimonio cultural sumergido. Desde aquellos años, ha mantenido diálogos con arqueólogos y especialistas en pro de la conservación de esta valiosa herencia.

En los años 90, Manuel guió al ingeniero Peter Tattersfield hasta los fragmentos de un barco que posteriormente fue llamado «El Inglés». Este hallazgo fue registrado años después, gracias a la colaboración de Manuel.

© Foto: Laura Carrillo (SAS-INAH)

Recientemente, Tattersfield, un entusiasta de la arqueología subacuática y colaborador frecuente de la SAS, se puso en contacto con Roberto Junco Sánchez, responsable de esta institución del INAH, para iniciar las gestiones. Esto dio lugar a la formación de un equipo de trabajo dirigido por Laura Carrillo, arqueóloga subacuática, en el cual se integraron Peter Tattersfield, Carlos Gottfried, Daniel Maldonado, Pablo Sada, Manuel Pesqueira, Juan José Álvarez, David Patterson, Francisco Con, Álvaro Buenaventura y Juan Castro.

A pesar de que Manuel, debido a su avanzada edad, ya no puede embarcarse, el grupo contó con la ayuda de su hijo, Benito Polanco, un capitán de navío. Siguiendo las indicaciones de Manuel, Benito condujo a los expertos hasta el sitio histórico.

Es importante destacar que la SAS tiene la costumbre de agradecer a sus colaboradores al nombrar algunos sitios en su honor. Por lo tanto, «El Inglés» ha dejado atrás ese nombre y ahora se registra oficialmente como el pecio Manuel Polanco.

Este hecho eleva a 70 el número de naufragios registrados, protegidos e investigados por el INAH en Banco Chinchorro, que incluyen veleros, vapores, buques mercantes y remolcadores de diversas nacionalidades y épocas. Cada uno de estos naufragios proporciona valiosa información sobre los últimos 500 años de navegación en aguas americanas.

Poco a poco, la historia de un velero cuyo naufragio ocurrió posiblemente a finales del siglo XVIII o principios del XIX comienza a revelarse. Los arqueólogos subacuáticos teorizan que los tripulantes de esa embarcación realizaron un último esfuerzo para evitar la catástrofe.

© Canones 40 Cañones, foto: Octavio del Río

Esta conclusión se basa en el descubrimiento de un ancla «activada», es decir, que fue arrojada al mar con la intención de anclarse en la barrera arrecifal. Sorprendentemente, el ancla se encuentra totalmente integrada al sistema coralino, lo cual indica que el intento fue en vano.

A pesar de este esfuerzo, la embarcación experimentó de la peor manera por qué al falso atolón de Banco Chinchorro se le ha conocido durante siglos como el «Quitasueños».

© Canones 40 Cañones, foto: Octavio del Río

Aunque los detalles de aquel naufragio apenas comienzan a emerger como parte de la campaña nacional de difusión «Contigo en la Distancia» de la Secretaría de Cultura, los pormenores de este descubrimiento son el resultado de una investigación constante.

Constante investigación

Según Laura Carrillo Márquez, investigadora de la SAS y encargada del Proyecto Banco Chinchorro, en meses anteriores se llevó a cabo una primera jornada de inspección para registrar la ubicación exacta del naufragio mediante dos sesiones de buceo y realizar una inspección general del sitio.

El plan siguiente

En la segunda fase de trabajo, que se llevará a cabo una vez que termine la contingencia sanitaria, los especialistas regresarán al campo para realizar tareas como el levantamiento de planos, profundizar en las características del contexto y posiblemente tomar algunas muestras para investigar su temporalidad.

En este momento, según explica la arqueóloga subacuática, es difícil proporcionar detalles sobre las dimensiones del velero, su carga u otros aspectos, debido a la complejidad de la ubicación en la que se encuentra, en el sureste de Banco Chinchorro. El naufragio yace directamente en la barrera arrecifal, donde la corriente marina es fuerte.

Estas circunstancias, junto con el hecho de que el pecio se encuentra a una profundidad de solo dos o tres metros, han llevado a que prácticamente no quede nada del casco de madera, ya que el material orgánico se ha desintegrado a lo largo de los siglos.

En el reconocimiento inicial, Carrillo enumera algunos de los objetos registrados que aún permanecen como elementos sólidos, concretados al arrecife:

  • Lingotes de pig iron utilizados como lastre.
  • Algunos tubos.
  • Un cañón de aproximadamente 2.5 metros de longitud.
  • Un ancla tipo «almirantazgo», que hace referencia a las guías emitidas por el Reino Unido para los fabricantes de estas herramientas.

Aunque algunos de los vestigios sugieren una posible filiación británica, la investigadora del INAH enfatiza que esta hipótesis deberá ser confirmada o descartada mediante análisis meticulosos, asegurando el equilibrio ambiental del sitio.

Fuente: México Desconocido

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