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Lució soberbio su majestad Kukulcán

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Lució soberbio su majestad Kukulcán

Descenso de KukulcánTexto y fotos/ Héctor Moreno

Chichén  Itzá,  Yucatán, 21 de marzo de 2014.- Como hace más de 800 años, en el Castillo de Kukulcán se plasmó toda la sabiduría de la cultura  Maya, ante miles de turistas nacionales y extranjeros se observó a plenitud el descenso de la Serpiente Emplumada.

Al principio caprichoso el dios Kin, se escondía tras las nubes, por momentos breves lanzaba sus rayos para que blancos, mestizos y criollos observaran como se formaba cada uno de los siete triángulos isósceles. Después de leve probada, el astro rey volvía a ocultarse.

Había gente de varias naciones; japoneses, colombianos, chilenos, españoles y por supuesto mexicanos; niños y adultos querían absorber la energía «emanada» del enorme castillo, considerado por la UNESCO, una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo.

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Y no es para menos, en él se plasman los avances que los mayas alcanzaron en las matemáticas, la astronomía y otras ciencias.

La zona arqueológica de Chichén Itzá data de 300 años antes de Cristo, y el templo de Kukulcán de entre los 800 y mil 200 de nuestra era.

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Desde muy temprano comenzaron a arribar turistas vía Cancún principalmente, la mayoría,  conforme dictan los cánones, vestida de blanco para concentrar energía.

Más nubes optaron el cielo, caras tristes, preocupadas, por el tamaño de los nubarrones y por el rápido paso del tiempo; muchas hicieron largo viaje para presenciar el fenómeno arquiastronómico reconocido a nivel mundial.

De pronto, el Astro Rey, volvió a brillar unos instantes, vinieron los aplausos, con las manos en alto parecía que agradecían al Sol ese regalo divino, ese fenómeno astral de luz y sombra que para los mayas marcaba la muerte y el inicio de una nueva vida.

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Cerca de las 17:00 hrs. cuando todo parecía que el fenómenos había terminado, el ambiente se llenó de buenas vibras, como si se fuesen súplicas, al unísono se escucharon fuertes aplausos.

De pronto vino el regalo, Kukulcán se hizo presente con todo su esplendor; por varios minutos mostró el cálculo exacto, preciso, para que el juego de luz y sombra rematara en la cabeza de una serpiente.

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Saldo blanco fue el reporte del Patronato CULTUR y del INAH, más de 13 mil visitantes, según el reporte oficial , diez personas atendidas por los paramédicos.

Después, entre tambores y caracoles el dios Kin  lentamente iba rumbo al ocaso, el descenso de Kukulcán había marcado el inicio de vida en la legendaria ciudad Maya de Chichén Itzá.

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