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La historia del pibizombie y otros mitos de hanal pixán

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La historia del pibizombie y otros mitos de hanal pixán

Por Patricia Garma Montes de Oca

En estos días de pibes viene con ellos el ser más abominable, temido y putrefacto de todo el sureste mexicano, de creación apocalíptica y ocurrencia académica: El pibizombie.

Este ser antropomorfo es un neologismo del antropólogo Indalecio Cardeña Vázquez, que surgió luego de que le contáramos un mito sobre no enterrar pibes si recién se te murió un pariente.

Lo contó un chofer de Cacalchén, don Luis Yeh, en medio de una charla cotidiana del tipo “¿sabías que si tu familiar acaba de fallecer este año no debes enterrar pib en el patio de tu casa?”.

-¿Y por qué no, don Luis?ADVERTISING

-Pues porque en el momento que muerdas el pib, “estalla” su cabeza del difunto.

Los mayas creían que el mucbipollo (pibipollo para los campechanos) representaba al ser humano: la masa es el cuerpo;  el col, la sangre; y el xpelón (frijol), la putrefacción del cuerpo; la hoja de plátano, la mortaja; la lata, el féretro… así que bajo esta idea tiene lógica lo que don Luis contaba… Sería algo así como “un doble entierro”, porque el hueco en la tierra donde se cuece el pib sería otra tumba.

-Yo nunca había escuchado eso de que “estalla” la cabeza del difunto si entierras pib. Honestamente –confesaría Indalecio –, eso suena como un “pibizombie”.

El videojuego

Cuál no sería nuestra sorpresa al ver que este personaje recién inventado traspasaría las fronteras por medio de las páginas de  Diario de Yucatán. La nota sería reproducida por un periódico de País Vasco.

Luego crearían un videojuego inspirado en el pibizombie donde un zombie tenía que atravesar un cementerio, pero para que las calacas no lo atraparan, les tiraba panes de muerto (que el que inventó el videojuego confundió con los pibes).

Sin fotos en el altar

En una muestra de altares nos llamó la atención que la persona  que dio la explicación mencionó que no se debe poner la fotografía del difunto o difunta en el altar el primer año de fallecido (a).

Dijo que  debe pasar un año, ya que haya cruzado  al otro lado, porque si el muerto o muerta, que no se ha ido porque ni sabe que ya falleció, ve su foto en el altar, se puede espantar (nos vino a la memoria el personaje de Bruce Willis en “Sexto sentido”, que no sabía que estaba muerto y lo que es peor, seguía yendo a trabajar).

Huesitos malditos

Durante la procesión de hanal pixán que realizan de noche en algunas comunidades, se dice que las ánimas podrían confundirse con los vivos, por lo que no se debe aceptar si alguien nos pide sostener una vela, pues podría ser en realidad un hueso de un ánima mala que nos traería enfermedad.

Mi papá contaba que en una ocasión, durante los días de finados, acabándose de subir al camión, abordó el vehículo un anciano de aspecto siniestro que le dio a sostener, mientras pagaba  su boleto, un envoltorio que olía a chicharra y que estaba caliente.

El sujeto se sentó pero no pidió nuevamente el envoltorio. Mi papá comenzó a buscarlo con la mirada unos minutos después, pero ya no lo encontró, y juraba que el camión no se detuvo para nada.

Al bajar mi papá del camión fue directo a su casa, feliz porque al menos comería chicharra gratis.

Cuál no sería su sorpresa, al desenvolver el papel de estraza, al encontrar un montón de huesitos calcinados en lugar de rico castacán. No recuerdo que haya mencionado alguna enfermedad posterior, aunque es posible que la tuviera.

Otros mitos leídos por ahí

-Se cree que los animales, como los perros, pueden ver a las ánimas, por lo que no deben acercarse al altar, pues las pueden espantar.

-Antes de finados por lo general llueve, por lo que se cree que los muertos se están preparando para venir, “lavando su ropa”.

-Los cazadores no deben salir a cazar, pues se podrían topar con algún ánima.

-En algunas comunidades las celebraciones para los muertos duran un mes, con el “bix”, y en otras se acostumbra el ochavario.

-A los niños pequeños se les debe poner un hilo negro amarrado a la muñeca, para que las ánimas no se los lleven.

.-Con información de Diario de Yucatán

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